Agroalimentario, Salud, Turismo ¿por qué no Cultura? Cada vez que un Plan Estratégico Regional o un Plan de Especialización Inteligente se pone en marcha va dirigido a sectores industriales, servicios o infraestructuras. Pero ¿por qué no hablamos de cultura?

Apenas existen referencias a este sector. Encontraremos en cambio en estos textos llamadas a la cultura de la innovación, a la cultura del emprendimiento, a una cultura con apellidos, orientada a intereses muy concretos. Pero insisto, por qué no nos enfocamos a la cultura, esa que conocemos con mayúscula, como un valor estratégico regional.

Este 2021 ha comenzado con tres eventos que han puesto en jaque ideas que cuestionan principios fundamentales de nuestra cultura occidental. Me refiero en primer lugar al asalto al Capitolio, referente mundial de la cultura democrática. En segundo lugar, el debate de los youtubers que abandonan nuestro país para tributar en Andorra y reventar la escasa cultura económica entre sus seguidores. Por último, estos días estamos asistiendo a un rosario de dimisiones de políticos que no hace más que recordarnos a ese Lazarillo, estereotipo de la cultura española, que anda llevándose las uvas de tres en tres, convencido de que hace bien. Más les valdría seguir la pauta de la cultura británica de guardar siempre y rigurosamente el orden de la cola.

Democrática, económica o cívica, la cultura siempre se entrelaza con los hechos sociales más relevantes.

La cultura regional lleva un año siendo objeto de estudio por el Instituto de Gestores y Programadores Culturales de la Región de Murcia. Su gestión, su financiación y su potencial han sido objeto de un profundo análisis, reflejado en un reciente informe, llevado a cabo por sus asociados y dividido en tres áreas que han analizado las necesidades de formación del sector, las políticas culturales y la industria cultural. La metodología seguida ha consistido en la constitución de nueve mesas de trabajo en fase de análisis, diagnóstico y propuestas y una mesa final abierta con voces destacadas. Diálogo, debate y acuerdo.

El Instituto trata en su informe de manera preferente la cultura profesional y sus distintos oficios directos. Artistas, artesanos, gestores, programadores y técnicos, llevan reclamando años un recorrido empresarial y laboral estable similar a otros sectores altísimamente planificados y estructurados como son la agricultura o la industria. Cabe mencionar que el trabajador cultural aporta al PIB regional un 30% más de valor medio laboral comparado con otros sectores.

Destaca el informe el recorrido que necesita el sector en materias de igualdad, transparencia y participación. Una mirada más amplia de la programación cultural igualitaria que contemple a las audiencias y a los territorios con un enfoque inclusivo basado en objetivos previos y transparentes donde la ciudadanía tenga capacidad de acción. Planificación, objetivos y medición, tres elementos que deben ser soportados en planes estratégicos para la cultura, donde cada ayuntamiento de la región proyecte de forma pública su plan a medio plazo. Igualmente, el análisis plantea articular de manera urgente un Plan Director de Cultura Regional que establezca con claridad las líneas de trabajo para los próximos años.

Medimos cultura en términos de PIB o de empleo directo, pero raras veces medimos de forma transversal. ¿Cuánto hay de cultura en las relaciones empresariales y comerciales? ¿En la marca país? ¿En la capacidad de resolver conflictos, en la creatividad, en la innovación o en el desarrollo? Y por su parte ¿cuánto hay de cultura en el respeto a la democracia o en pagar impuestos? Y más aún, ¿cuánto hay de cultura en hacer la cola? Todo es cultural, repetimos sin cesar. Todo es cultural.

El Instituto de Gestores plantea este Estudio Inicial sobre la situación Post-Covid en la Región de Murcia*, pensando en la reconstrucción de la economía regional. Para mirar a ese horizonte, hemos de comenzar ya a mirar de forma particular a la cultura. No como sector aislado, sino como una herramienta vertebradora de la sociedad, como motor de transformaciones y motivadora del cambio social que requiere la región. Si buscamos emprendimiento e innovación, necesitaremos entrenar la imaginación para crear.

El océano azul es una técnica de marketing que plantea la diferenciación como herramienta de enfoque de valor. Las industrias culturales y creativas son ese océano azul para la Región, un espacio de crecimiento, generador de riqueza económica y social, aunque para construir este futuro común habrá que dar pasos firmes y realistas. Tenemos grandes retos por delante: formación, digitalización, modernización de las industrias culturales, internacionalización, creación de nuevos públicos o políticas de inversión que generen un verdadero eje económico sobre el que desarrollar valor. Para ello, son necesarias líneas de trabajo transparentes que otorguen capacidad de planificación profesional, la apertura de espacios de interrelación público-privada e incentivar proyectos culturales que protejan y divulguen nuestro muy diverso patrimonio.

Requerimos de una visión transversal de la cultura como valor económico, de una mirada a la cultura como motor generador de riqueza, donde los agentes sociales y culturales estén presentes para encontrar vías de reconstrucción inclusivas, novedosas, diferenciadoras y duraderas.

La cultura de un territorio es una casa que hacemos entre todos y que hay que construir cada día, pero sin olvidar a sus profesionales, a sus trabajadores y a sus empresas.

En definitiva, construir nuestro océano azul y ser conscientes del enorme vacío que genera el silencio cultural.

Secretario del Instituto de Gestores

y Programadores Culturales de

la Región de Murcia

forociudadano.org