La construcción de colectores en la capital de la Región es como lo que los periodistas llamamos 'serpientes de verano', esas noticias irrelevantes que se quedan en meras anécdotas sin contenidos ni continuidad o esas informaciones lanzadas a modo de globo sonda que no tienen trascendencia posterior porque se desinflan en cuanto pasa un tiempo.

Al menos, es la sensación que da cuando se repasa todo lo que se ha escrito y anunciado sobre la realización del Plan Especial de Infraestructuras Hidráulicas del Norte de Murcia (PEIH), que lleva lustros anunciado, rediseñado, explicado y amortizado en los distintos mandatos que el municipio lleva a cuestas.

En estos años, el Ayuntamiento de Murcia ha ido haciendo lo que puede para paliar las inundaciones que se producen cuando llueve de manera torrencial en la ciudad y en las pedanías, con distintas peticiones a la administración central sobre la que recae una parte importante de la financiación de esos grandes colectores que deben evitar que la capital se convierta en un lago por el desbordamiento de ramblas que han sido invadidas sin piedad por el ladrillo y el urbanismo a la carta.

En este contexto, el alcalde José Ballesta visitó el pasado jueves las obras de un colector financiado por la hacienda local, a través de Aguas de Murcia, para dotar de más capacidad el alcantarillado y dar un mejor servicio de evacuación en Santiago y Zaraiche, Churra, Zarandona y Puente Tocinos, una actuación con un discreto presupuesto si se compara con el coste que tendrán los colectores de la zona norte y de otras partes del municipio, cuyo presupuesto se mide en varias decenas de millones de euros.

También redundará este colector visitado por la primera autoridad municipal en una disminución de las inundaciones en el área metropolitana de la ciudad, una obra que supone una gota en el océano comparado con ese Plan de Infraestructuras de la zona Norte, que se presupuestó en 260 millones (60 millones más de lo que ha costado el aeropuerto regional de Corvera) y que fue aprobado por el consistorio en 2014 sin que de momento se hayan ejecutado las fases previstas (en una primera etapa se invertiría 172 millones y en la segunda, 88).

Este plan se basaba en un gran canal que interceptaría las aguas procedentes de lluvia y de las ramblas de la Costera Norte hasta llegar al río. Además, los colectores de saneamiento incluían un tanque de tormenta que acumularía el agua para ir soltándola poco a poco a la red de cara a su depuración. También se iba a ampliar la macrodepuradora de Rincón de Gallego, un trabajo que corresponde a la Comunidad Autónoma por valor de unos 15 millones.

Hay una parte del PEIH que se ha hecho por parte del Ayuntamiento con una inversión de ocho millones y que constituye una parte fundamental de este Plan. Se trata del que hace referencia a la zona de Thader-Nueva Condomina y al que discurre entre Juan Carlos I y Juan de Borbón. Los promotores de la zona Norte y, sobre todo, la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) se deben poner las pilas para que este Plan y los colectores no sigan siendo una serpiente de verano. Por nadie pase.