Poner una bandera española kilométrica de luces, en pleno centro de Madrid para celebrar las navidades, plasmar la roja y gualda en la puerta del sol en nochevieja, provocar al odio colgando una gran bandera llamando a la reconquista en el Cristo de Monteagudo, o sembrar jardines con banderines, se han convertido en ejemplos significativos de que la palabra ha dado paso a los gestos

Quizás sean los ejemplos más claros de la decadencia que viven las instituciones de este país. Desde la Casa Real a la Justicia, desde los Parlamentos a los distintos gobiernos. Y es que desde hace años, la política se hace en los medios de comunicación y en las redes sociales. Incluso la calle ha sido abandonada a su suerte, y solo algunas plataformas sociales, la ocupan alguna primavera o un tardío otoño.

Los debates parlamentarios han conseguido hastiar a la inmensa mayoría de la sociedad, las mentiras, los insultos y las promesas incumplidas, han logrado que el desprecio sea la respuesta de la ciudadanía.

No importa que el principal partido de la región, el PSOE, siga tendiendo la mano tantas veces como desprecios recibe, que el Estado envíe millones de euros para ser gestionados por la Comunidad Autónoma y se repartan como propios, o que la Asamblea apruebe leyes en plena Pandemia, que denigran y humillan a los ayuntamientos.

Todo eso se cambia por un discurso navideño en masculino, por suplantar identidades administrativas, o anunciar medidas por las redes sociales antes incluso de ser conocidas por la Asamblea Regional, incluso hay medios de comunicación que conocen antes que los propios miembros del gobierno las nuevas medidas que se aprueban.

Hace una semana, el propio Presidente anunciaba en Caravaca la gran noticia de que el Convento de San José iba a ser comprado por la administración autonómica, y Ciudadanos, que ostenta una Vicepresidencia, y hasta la mismísima portavocía del Gobierno Regional, se enteraba por la prensa, y es que la política ha abandonado su residencia habitual, y se ha hecho amigo de la oportunidad y los golpes de efecto.

Así que si la oposición quiere tener presencia, que se conozca lo que hace, y no seguir durante más tiempo en el anonimato en el que ahora se mueve, tendrá que abandonar las ruedas de prensa en Princesa y en el Parlamento, tendrá que ir de plaza en plaza, de calle en calle, de asociación en asociación, de bar en bar, y sobre todo, de red social en red social, explicando y defendiendo no solo sus propuestas, sino defender con valentía y orgullo una de sus mejores armas que tiene y que a veces incluso da la sensación de que o le da miedo, o no sabe usarla: Las políticas sociales, educativas y económicas aprobadas por el Gobierno de España.

Y es que, romper con la sensación actual de que en la Región solo hay dos actores principales: Gobierno Regional y Gobierno de España, tres actores secundarios: Partido Popular, lo que queda de Ciudadanos y VOX, y dos actores invitados: Socialistas y Unidas Podemos, con alguna aparición esporádica de Más Región, no solo se hace necesario, sino sería la mejor medicina contra la deriva que, según las encuestas, ha tomado el futuro de la Comunidad.

Así que si alguien quiere defender los servicios públicos esenciales como garantes de la igualdad, la justicia social y la libertad de esta Región, tomen nota, la creatividad ha desbancado al protocolo, de lo contrario, otra vez la deslealtad volverá a vencer a la honorabilidad. Cierren sus oficinas, salgan de las instituciones y comiencen a recorrer las ciudades y pueblos de esta Región, aquí es donde está lo más importante en política: Las personas.