Una sensación de misteriosa angustia invade el ánimo de López Miras con la firma del Pacto de Toledo. Para el consenso de progreso ya no cuentan los intereses del Levante.

El fin del Trasvase está cada vez más cerca y el PP ha contribuido sin esconderse. López Miras sufre. Los colegas del partido le están arruinando sus posibilidades de mantener el sillón de la taifa murciana, un feudo seguro para el PP, siempre ganado sin esfuerzo con el cuento del agua, desde que él era un crío chico hasta hoy mismo.

Pero la verdadera inquietud es la del sector agrario y la industria alimentaria. No tienen clara la postura del PP ante el problema del Trasvase Tajo-Segura. La sensación predominante es de angustia y miedo con motivos sobrados. Por eso desde el PP han montado una ceremonia para convencer a los agricultores de que el Pacto de Toledo no va en serio. Casado en Cieza con Teodoro, y la ´compaña' de López Miras, quieren serenar los ánimos y cuidar los votos. Los tres junticos para engañar una vez más sobre los verdaderos planes para la gestión del agua en España.

¿Hasta cuándo puede colar este truco? El PP puede engatusar a los regantes muchas veces, pero no siempre. Casado ha sido arrastrado de nuevo a la Región de Murcia para convencernos de que el acuerdo cierra-grifo es una broma. Pero la realidad es que el PP ha pactado con los demás partidos la fecha de caducidad del Trasvase. Ya no es fiable la política de agua del PP, que es ´antitrasvasista', por convicción y en obediencia a la Agenda 2030, una estrategia global de ingeniería social firmada por Rajoy en 2015, y que ahora controla Pablo Iglesias hasta que le venga en gana o alguien se lo impida.

El final de la mascarada de Casado, Teodoro y Miras está a la vista. No pueden convencernos de que luchan por un PHN con trasvases que ponga el agua de España al servicio del interés nacional, porque esa idea no es aceptada en sus filas, y si no que se lo pregunten al PP manchego o a Moreno Bonilla, que no le cogen el teléfono al presidente de Murcia. Los jefes del PP se juntan en Cieza para disimular que Murcia debe tragar la nueva ideología del agua, que la considera como un elemento intocable del medio ambiente y no un recurso productivo. Por eso el mensaje real de Casado en Cieza es: agricultores del sureste, id pensando en emigrar o dedicaros a otra cosa.

El consenso progresista ha decidido que la Región de Murcia ya no forma parte de la estrategia de seguridad alimentaria de Europa, porque su modo de producción no concuerda con los ODS pactados. Y como creen en la teoría del cambio climático han decidido que el Trasvase es una obra franquista que ha agotado su vida útil, que ya no reporta votos, ni tampoco empleos dignos. Además, el campo de Cartagena contamina el Mar Menor, sobreexplota el acuífero y abusa sexualmente de mujeres inmigrantes.

La solución del mundialismo, firmada por todos los partidos progresistas, es que la agricultura se va a ubicar en otros lugares, con derechos de acceso al agua que sean seguros, consensuados y sostenibles.

Frente a esta predicción de la Agenda 2030 sólo está Vox para impedirlo. Casado en Cieza trae las manos vacías y la boca llena de mentiras.