Aprendemos aspectos o detalles concretos de la historia a base de efemérides. También de la ´historia bíblica', si así puede llamarse. Pensando en la festividad de los Santos Inocentes que hoy celebra la Iglesia católica, encuentramos muchas alusiones a las disparatadas cifras de asesinados por orden de Herodes en una supuesta matanza de niños, históricamente no documentada y que probablemente no existió: ni Flavio Josefo ni ningún otro historiador romano o griego la recogen o la mencionan, siquiera de pasada. Sólo el evangelio de Mateo y algunos de los denominados apócrifos, el que más extensamente el denominado Protoevangelio de Santiago o Evangelio armenio de la infancia (falsamente atribuido a Santiago, hermano de Jesús).

El asunto del número de niños tiene inevitablemente que ver con el territorio que la inexistente matanza habría supuestamente abarcado: Mateo (2:16) sólo dice que Herodes, «viendo que había sido burlado por los Magos, se irritó fuertemente, y enviando unos emisarios acabó en Belén y en todo su territorio con todos los niños de dos años o menos» («en Belén y en todos los territorios de ella»), mientras que el apócrifo se extiende en dos largos versículos en los que dice primero que mandó a sus soldados buscarlos por «todo el territorio sometido a su dominio», para especificar después que «circularon por todos los lugares, y mataron a todos los niños que encontraron en ochenta y tres aldeas, en número de trece mil sesenta».

Parece obvio que el autor del evangelio reelaboró interesadamente otra gran matanza de niños del pasado (la ordenada por el faraón siglos antes, durante el cautiverio de los judíos en Egipto narrado en el Éxodo, que obligó a la madre de Moisés a meterlo en una cesta de mimbre en el Nilo) para establecer un claro paralelismo entre Jesús y el gran profeta y libertador hebreo con quien Yahvé fijó los términos de su alianza con el pueblo elegido.

Por lo demás, Herodes el Grande debía de ser ya un anciano de entre sesenta y ocho y setenta años a punto de morir „si realmente estaba vivo aún„ para cuando nació Jesús de Nazaret. Y de haber sido cierta la historia de los Magos de Oriente (cuyos nombres y países de origen la tradición católica toma de este y otros apócrifos) y la consiguiente masacre de niños varones menores de dos años ordenada por él, Belén contaría entonces con apenas ochocientos habitantes según el censo de Quirino (que Lucas utiliza erróneamente en su evangelio para fechar el nacimiento del Mesías) por lo que, con las tasas de natalidad y de supervivencia de los niños en aquella época, difícilmente habría podido llegar a matar a más de unas decenas de inocentes.