El 24 de noviembre tuvo lugar el desalojo judicial de la estructura a medio construir de un edificio ocupado, cerca del cruce del Alias en el barrio murciano de San Pío X. Con relación a dicho desalojo, dos días después, y dentro de la sección ´Chispazos' del diario La Opinión, escribió el colaborador Joaquín Sánchez bajo el título ´Desalojo de San Pío X' un artículo al respecto.

En dicho artículo decía diferentes cosas relativas al asunto, al Ayuntamiento de Murcia, y las personas afectadas de las cuales señalaba que «necesitan un trato humano». Afirmaba que el Ayuntamiento de Murcia los había «tirado a la calle, a que duerman en la calle, dándoles un saco de dormir». Añadía que, por tal motivo, «la Virgen de la Fuensanta no está contenta» con la inhumanidad del alcalde Ballesta y del Ayuntamiento. Y terminaba calificando de «canallesco» que no se contara con Cáritas para la correspondiente solución.

Dado que afirmaciones vertidas en el mencionado artículo no tienen que ver en absoluto con la realidad, quisiera hacer ciertas puntualizaciones oportunas. Lo que realmente hicieron los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Murcia desde el primer momento fue, principalmente y según los diferentes casos o demandas, facilitar: información, orientación, mantas, sacos de dormir, ropa, alimentos, ayudas económicas, así como billetes de autobús a quienes tenían en otras comunidades posibilidades de trabajo y alojamiento con allegados.

Igualmente, ese mismo día los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Murcia asumieron para los 32 desalojados restantes su acomodación en un hotel de la ciudad, así como la manutención de estas personas. Todo ello durante todo el tiempo que fuese necesario. A continuación, la concejal de Derechos Sociales y su equipo gestionaron con la Dirección General de Juventud (de la Consejería de Turismo, Juventud y Deportes), la cesión del albergue juvenil de El Valle al objeto de alojar allí a estas personas. Cuando dicho albergue juvenil estuvo listo, funcionarios del SEMAS colaboramos también en el traslado de dichas personas a esas instalaciones cedidas por la Administración regional. Sobre la relación con Cáritas, tanto a nivel institucional como técnico en estos temas, podemos decir rotundamente que es habitual y fluida.

En cuanto compete a los asentamientos -éste y otros-, el personal municipal y el de Cáritas mantienen contacto y coordinación permanentes. Ese contacto con Cáritas lo ha habido antes del desalojo que nos ocupa, el mismo día en que éste se produjo, y posteriormente con una colaboración bilateral ejemplar. Sobre todo a partir de realizar el desalojo se ha trabajado de forma conjunta con el personal de Cáritas: tanto en lo que es la atención de las necesidades, como en gestiones, reuniones, etcétera. Y es aquí donde quiero destacar de modo expreso, dentro de esa acción conjunta entre Administraciones Públicas y esta entidad dependiente de la Iglesia, el positivo trabajo realizado por el personal de Cáritas, es de justicia.

Cáritas ha asumido un papel destacado en todo momento; especialmente -y con el apoyo que haya sido necesario- en el acompañamiento a las personas desalojadas a lo largo de sus procesos individuales de reinserción familiar, laboral, social y habitacional. La situación de la práctica totalidad de estas personas se ha resuelto favorablemente. Unos han viajado hacia Andalucía, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana o País Vasco€ con perspectivas laborales y a domicilios de amigos o familiares. Algunos han sido derivados a recursos de ACCEM (oenegé que trabaja con refugiados y migrantes u otros colectivos vulnerables), a Murcia Acoge (a piso de convalecientes por una intervención quirúrgica), o a Fundación Jesús Abandonado. Otros han pasado a casas de acogida y diversos recursos de Cáritas. Y otros a habitaciones en régimen de alquiler.

Antes de Nochebuena el albergue de El Valle quedaba vacío; y la situación de esas personas dista en estos momentos un abismo de las condiciones infrahumanas en que vivían anteriormente.

Quiero agradecer desde aquí el trabajo cohesionado realizado por los distintos profesionales que han colaborado en la tarea de un modo u otro. Los de la Concejalía de Derechos Sociales y Familia, los de la Administración Regional y muy especialmente los profesionales de Cáritas. Es un placer y una necesidad ineludible trabajar conjuntamente entre las diferentes administraciones, así como entre los poderes públicos y las entidades sociales. Así venimos haciéndolo (los técnicos lo tenemos muy claro) y así debe seguir siendo.

Lo antedicho creo que deja de manifiesto que el Ayuntamiento de Murcia a las personas afectadas en ningún caso las ha «tirado a la calle, a que duerman en la calle», sino lo contrario; no ha actuado de modo «canallesco» obviando a Cáritas, sino lo contrario. Respecto a que «la Virgen de la Fuensanta no está contenta» con la inhumanidad del Ayuntamiento y del alcalde, ignoro si por su profesión Joaquín Sánchez pueda tener información privilegiada sobre tal cosa€ yo, sinceramente, no lo creo.