Los presupuestos de Pedro Sánchez, los más sociales de la historia de España, suponen un impulso sin precedentes a la consolidación del Sistema Sanitario Público, en un momento crucial en el que la pandemia ha situado a la salud en lo más alto del ranking de valores a defender por los gobiernos: «La salud es lo primero».El ministerio de Sanidad ha multiplicado por diez su presupuesto, hasta los 3.125 millones de euros.

Los partidos que se han opuesto a estos presupuestos, con sus interpretaciones políticas peregrinas, saben que se han opuesto a la dotación de mil millones para la compra de vacunas, 1.088 millones para financiar la Atención Primaria, 257 millones para eliminar el copago farmacéutico a seis millones de personas, que impuso Rajoy, 48 millones para aumentar la cobertura de la salud bucodental, empezando por los colectivos más vulnerables, cuatrocientos millones para un plan de renovación de tecnología sanitaria, 295,5 millones para una estrategia digital del Sistema Nacional de Salud, cinco millones para un nuevo Centro Estatal de Salud Pública o 67 millones para el Fondo de Cohesión Sanitaria.

Una parte proporcional de esa financiación vendrá a la Región de Murcia. Además de la cobertura de vacunas necesaria, sin coste alguno, recibirá una asignación finalista de fondos para fortalecer la atención primaria, de no menos de 34 millones de euros, así como otros veintidós millones para renovación de tecnología sanitaria y digitalización del sistema sanitario, a sumar a lo que corresponda de los fondos europeos.

A esto hay que añadir los 184 millones que la región ha recibido en 2020 para financiar el coste de la pandemia y reforzar el sistema sanitario.

Desde el PSOE venimos insistiendo en la necesidad de fortalecer la Atención Primaria. Lo piden las asociaciones de profesionales, de usuarios y sindicatos. Para ello es necesario aumentar las plazas de estructura y consolidar el empleo de los profesionales que se están dejando la piel combatiendo la pandemia. Es la mejor manera de compensar su esfuerzo y su profesionalidad. Se merecen ese aumento de plazas que les dé estabilidad en el empleo y aligeren la carga de trabajo insostenible que llevan en la actualidad. Y evitar la fuga de profesionales.

El Gobierno Regional debe cumplir el mandato de la Asamblea Regional, que aprobó por unanimidad la propuesta del PSOE de aumentar el número de plazas en Atención Primaria, que permita rebajar la ratio de tarjetas sanitarias en Medicina de Familia, Pediatría y Enfermería, y la dotación de una plaza de Trabajador Social por Centro de Salud. Lo que supondría la creación de cuatrocientas plazas de estas categorías, además de las necesarias de auxiliares administrativos, auxiliar técnico de cuidados de enfermería o fisioterapeutas.

Hasta ahora sólo se han creado las plazas para cubrir la tasa de reposición de aquellos profesionales jubilados. No incluyen ninguna plaza de nueva creación de Medicina de Familia ni de Enfermería para Atención Primaria.

En la última semana del año, con un último Consejo de Gobierno, aún se puede cumplir el mandato de la Asamblea, o el compromiso incumplido del propio presidente de crear 120 plazas en Atención Primaria.

Tampoco sabemos si los presupuestos de 2021, incluirán la creación de las plazas necesarias. Ni sabemos cuándo se presentarán. Somos la única CCAA, junto con Madrid, que no ha presentado un borrador de presupuestos, con la gravedad que esto supone en un momento como el actual. A pesar de que saben que cuentan con el ofrecimiento de Diego Conesa para negociar unos presupuestos justos que respondan a las principales necesidades educativas y sociosanitarias.

El retraso en la aprobación de los presupuestos supone una grave irresponsabilidad, que penaliza muy especialmente a todas aquellas organizaciones del ámbito sociosanitario que trabajarán desde el 1 de enero atendiendo diferentes colectivos, sin saber cuándo cobrarán sus subvenciones, lo que implica familias sin recibir ingresos.

Por tanto, queda claro que la sanidad tiene presupuestos del Estado, pero no regionales, algo tremendamente grave para nuestra Región y que denota la nula capacidad de gestión que tiene este Gobierno regional.