Ha salido una encuesta del CIS que afirma que las derechas superarían a las izquierdas y que Podemos cae. Es entonces cuando los injuriadores de Tezanos han salido a proclamar las bondades de la encuesta, del CIS y de las derechas. Otro sondeo así y los descalificantes de antaño son capaces de llamar sociólogo al jefe de la casa de sondeos.

Vox sube. Ciudadanos también, un punto nada menos. O sea, no se desinfla. Con eso se desmuestran dos cosas: que no es una colchoneta hinchable y que a los naranjas les siente bien el traje liberal, que es de distinto tono del traje conservador. Ha llegado la eutanasia, que ha supuesto la muerte del debate político civilizado, y los de Arrimadas han votado que sí, lo que les ha granjeado amenazas de eutanasia y muerte en las redes. Ciudadanos quiere sacar la cabeza por el centro, pero lo malo es que se le ve demasiado el pezcuezo. Vox sueña con cortarlo y Podemos con guillotinarlo.

Es un cuello terso de partido joven. Un cuello no de cisne sin embargo, que sostiene dos cabezas: la que mira al PP, que es el Ciudadanos de Andalucía o Madrid región, por ejemplo, y luego hay otra que hace ojitos al PSOE, que va de duro pero que se siente más cómodo que con el cabezón. Un punto ganan los ex de Rivera, decimos, cuando en general las bajadas o subidas son de décimas. Los socialistas no mejoran su perspectiva electoral ni tampoco su adjetivación. No bajan pero, al menos en este CIS, tampoco es que vayan hacia arriba. No obstante le sacan aún diez puntos al casadismo. No sabemos cuanto en caso de ayusismo.

Abascal mirando un cartapacio con gráficos relamiéndose. Sánchez, como niño con Presupuestos nuevos, dice a mí plim, cuando en realidad quiere decir, a mí, CIS. Allá cada cual con sus cuitas, él ya tiene garantizada su legislatura. Esto del CIS, este derrote a la diestra inopinado es solo un regalito navideño para el que salga favorecido. Y se lo crea.