Por primera vez en muchos años tengo ganas de que llegue la Navidad. Quién me lo iba decir. Durante años he ido pasando de puntillas. Sin embargo, esta vez tengo ganas de ella. Más que nada para comprobar que llevo razón en mis pensamientos. Voy a descubrir si tras la marca hay espíritu. Es decir, que al tener que eliminar muchas cosicas por seguridad, detalles que son superfluos, que pueden esquivarse porque impiden ver el verdadero sentido de la fecha. Quizás podamos ver realmente ese sentido que tanto vociferamos que existe. Rasca y verás, se dice. A lo mejor este año lo vemos o dejamos que se vea. Ojalá. Ya empiezo a comprobar que estoy un poquito equivocada porque las compras siguen ocupando el primer lugar de nuestros propósitos de fin de año, pero no me importa, mientras sigamos comprando con mascarilla. Mientras unos compramos, otros venden y eso también es importante. Claro. Pues nada, aquí sigo esperando la sorpresa de esta navidad. Seguro que va a ser inolvidable. Eso sí.