Es ya casi un lugar común, pero nos lo recordó de nuevo Francisco Burgos, uno de los urbanistas expertos que comparecieron en el foro organizado por el Colegio de Arquitectos de Murcia en el Cuartel de Artillería para debatir sobre la operación Conexión Sur que el Ayuntamiento ha puesto en marcha para ordenar los espacios del entorno de la Estación de ferrocarril tras el soterramiento de las vías, cuya primera fase está próxima a concluir: «Los soterramientos de infraestructuras superadas se convierten en oportunidades únicas que deben ser aprovechadas». Así ha sucedido en muchas ciudades de las que dieron fe, entre ellas Bilbao, en la ría del Nervión que acogió toda la industria siderúrgica vasca, y en Madrid tras soterrar el ferrocarril en antiguas estaciones como Arganzuela o Delicias.

Fue sin duda un acto necesario del que nos congratulamos y felicitamos tanto al Colegio de Arquitectos como al Ayuntamiento de Murcia, promotores del mismo.

Ibón Areso, Enrique Bardají, José María Ezquiaga, Francisco Burgos, invitados como protagonistas en situaciones similares a la Murcia de 2020, nos hicieron disfrutar de una larga y densa jornada de casi cinco horas seguidas, sin descanso alguno, en la que no sólo nos trasladaron su saber y su experiencia, sino que se vieron obligados a discrepar de su anfitriones, el alcalde, el concejal de Urbanismo y el arquitecto municipal director de la operación Conexión Sur, lo que tuvieron que hacer en respuesta a preguntas de los asistentes, en su mayoría arquitectos y urbanistas de Murcia, lo que resultó para ellos un innegable trago de no buen sabor, en cuanto su condición de invitados por las autoridades de la ciudad que los acogía.

Pero la evidencia obligaba a una discrepancia inevitable, calificada por los medios como «incompresión de la propuesta del Consistorio» o «arquitectos rechazan Conexión Sur».Éramos minoría los asistentes no expertos, entre los que nos encontramos cuatro vecinos de los barrios del Sur. Los medios se han hecho eco de esta jornada pero como testigo que fui de tal evento quisiera resaltar algunas manifestaciones y conclusiones que estuvieron sobre la mesa.

Aun en situaciones tan distintas como la ría del Nervión, los soterramientos en Madrid, los espacios de la Fábrica de Cerverzas Mahou, que acabó en el Tribunal Supremo por recursos y apelaciones de los vecinos, el Matadero junto al Manzanares o las recuperaciones de espacios en Berlín, Frankfurt o Melburne, todos los ponentes coincidían en hablar de «ciudad amable, lograr espacios agradables para vivir, calidad del aire y del medio ambiente, espacio público como lugar de encuentro, ciudad para las personas y no para los coches, actividades culturales para propios y visitantes como termómetro de calidad de vida, equilibrio entre voluntad política y participación ciudadana con los equipos urbanistas». Para terminar coincidiendo en que la propuesta municipal de Murcia es poco ambiciosa y plantea una nueva barrera en el lugar de las antiguas vías del tren, en discrepancia con las soluciones de Arganzuela-Delicias, el Pasillo Verde Ferroviario que cambió barrios completos de Madrid después de cubrir la línea ferroviaria que hasta los años 90 partía y dividía el distrito Madrid Castellana Norte y de crear kilómetros de nuevas calles y bulevares que regeneraron zonas industriales obsoletas.

En el debate posterior a las ponencias los vecinos pudimos intervenir en defensa de la oportunidad que supone el Soterramiento de las Vías que no podemos dejar pasar para que sea llegado el momento del resurgimiento del sur de la ciudad. Con las ideas que siempre hemos mantenido basadas en crear ese lugar de encuentro, convivencia y vida saludable concretado en un bulevar libre de circulación sobre el espacio que ocupaban las vías, la propia cubierta del túnel del soterramiento, como se están creando en otras ciudades por las nuevas tendencias urbanísticas que expusieron los cuatro expertos que nos orientaron, pero también en nuestra región en donde se han peatonalizado lugares emblemáticos como Alfonso X El Sabio en Murcia o la Calles Mayor y del Carmen en Cartagena.

Siendo Conexión Sur, como se nos dice, un proyecto no cerrado, abierto a la participación, esperamos de los gestores de esta operación que no se empeñen en ´sostenella y no enmendalla´, manteniendo a toda costa sus propuestas y que se avengan a las aspiraciones de los vecinos de los barrios hasta hoy excluidos de la ciudad de la que forman parte, que tienen vocación de dejar de ser suburbios y de incorporarse plenamente a la ciudad, con el mismo trato urbanístico y con los mismos servicios.

Ojalá sigan los consejos de Rafael Bardají sobre la importancia de un proceso participativo serio llevado a cabo entre vecinos, agentes implicados y Ayuntamiento, con mención expresa de asociaciones de vecinos, de padres y madres de los estudiantes de los colegios, y ecologistas, espontáneo y sin sutiles mecanismos dirigistas ni premisas ni ausencias decididas previamente por el Ayuntamiento, porque «para que un proyecto de este tipo tenga éxito es necesaria la sinergia entre participación ciudadana, voluntad política y el equipo de urbanistas».

Esperamos que el Ayuntamiento recoja las propuestas e ideas enunciadas por bocas tan expertas como las comparecientes en esta jornada, para que Murcia no pierda la oportunidad que supone el pos-soterramiento, porque estas oportunidades sólo se brindan excepcionalmente y Murcia la tiene sobre la mesa en este momento. Y esta operación, con palabras de José María Ezquiaga, «puede ser muy importante para equilibrar las zonas empobrecidas», nunca mejor traído a colación, porque empobrecidas son Barriomar, San Pío X, Santiago El Mayor, como tuvo ocasión de comprobar el propio Ibón Areso, que la víspera de su intervención tuvo la valentía de patearse Barrionar/La Purísima, sin compañía de nadie que pudiera condicionar o manipular su visita. Del que no puede pasar inadvertida una muy conveniente observación en su trabajo de regeneración de ´BILBAO Ría 2000´, que tuve ocasión de recordar en el debate: la necesidad de conciliar sectores diversos de lo público, que en Bilbao señalaba al Puerto como institución y en nuestro caso es una realidad sangrante que urge conciliar, el enfrentamiento y desencuentro entre Adif/Fomento y Ayuntamiento de Murcia/Junta de Hacendados que tienen paralizadas las obras del soterramiento más de medio año en Barriomar, sin que se vislumbre acercamiento alguno, con el evidente peligro de colapso del proyecto de soterramiento integral acordado en 2006.

Aguardamos con esperanza que estas jornadas iluminen a los gestores de Conexión Sur, pues si rectificar es de sabios, quedó patente la necesidad de una nueva orientación con una mayor altura de miras y con un nivel de ambición superior al que subyace en el proyecto, porque no habrá una nueva oportunidad en siglos y porque Murcia y sus ciudadanos se lo merecen.

Sin olvidar que la eliminación de la barrera del tren que excluía a los barrios del Sur ha supuesto más de treinta años de lucha ciudadana pacífica y legal, pero que en modo alguno puede ser suplantada por una nueva barrera, la del coche, cuando se están peatonalizando otras zonas de la ciudad de acuerdo con las nuevas tendencias de ordenación urbanística.