Lo primero que hacen al levantarse es poner Youtube en la tele del salón y ver Cracks, un programa de actualidad diaria sobre fútbol mundial con más de cinco millones de suscriptores. Diario, si. Por la mañana temprano ya saben lo que ha pasado en todas las ligas europeas y los rumores principales del fútbol en todo el planeta. Los ratos libres sin entrenamiento o estudio, o sin jugar a la consola, leer o montar legos, siguen a streamers como si fuera la radio. Algunas noches, la pasión con la que esperan al murciano The Grefg, que el otro día batió un record de audiencia, con más 660.000 espectadores en directo en Twitch, me recuerda a las noches en las que esperaba ansioso para escuchar a José María García a medianoche. No era mucho mayor que ellos ahora. Es evidente que el salto generacional es enorme esta vez. La tecnología lo ha propiciado y ahí estamos, intentando encajar estos cambios que serán la base de la generación posterior y su sucesora.

Uno de los streamers que más siguen es Ibai Llanos. Creo que ya le conocemos todos. Una fulgurante estrella de la Comunicación con mayúsculas. Ibai va a dar la campanada, porque ha avisado que va a retransmitir las campanadas. Auguro que tendrá casi la misma audiencia que el canal que más tenga con las Obregón, Igartiburu y demás habituales de las uvas. Y se estudiará en las facultades de Comunicación. Algo que me llama mucho la atención es que los ratos en los que he podido seguir algún streaming la fórmula es muy parecida a la narración del fútbol de los ochenta y noventa. A la narración que a muchos nos hizo interesarnos por el periodismo deportivo y por la Comunicación. Rapidez mental. Metáforas atrevidas. Buena dicción. Humor. Ingenio? Gaspar Roseti dejó varias frases históricas en sus narraciones, por no hablar del mito Victor Hugo Morales. La pasión por el videojuego transita en las mismas rutas de navegación que los deportes.

Les hablo de mis hijos, pero claro, podrían ser los suyos. Un jugador profesional de videojuegos entrena diez horas al día. Es agotador. Pero con unos 20 años de media pueden ganar 200.000 euros al año, y no hablamos de las superestrellas, que pueden tener contratos superiores al millón de euros.

Un nuevo fútbol crece entre los que nacieron en el nuevo milenio. Estos jugadores profesionales de los e-sports son la otra parte del nuevo orden. Los streamers son la nueva prensa especializada. Esto abre nuevos caminos y fórmulas y aún hay una brecha absurda abierta. Muchos eventos que ahora se han tenido que amoldar al streaming no han contado con el desarrollo en la comunicación que ya existe. Ahora mismo, viendo Cracks, veo a Julio Maldonado, reputado comunicador, haciendo una sección con los youtubers. Ahí lo tenemos. Y lo veremos cada vez más. La tele está empezando a hincar la rodilla, no para rendirse, pero sí para avanzar.

¿Dónde veremos las campanadas? Se viene lucha generacional en casa. Vale.