¿De verdad que va a ser así? Me temo que sí. Yo solo me pregunto y me respondo. Tras dos años, que precisamente en el día de hoy se cumplen, parece ser que los vocales del Consejo General del Poder Judicial van a ser renovados. Como siempre, los medios de comunicación se enteran antes que nadie. Y cuentan, como no podía ser de otra manera en estos tiempos, que lo va a presidir una mujer. Concretamente la magistrada del Tribunal Supremo Pilar Teso, que dicen que es de tendencia progresista-moderada y así todos contentos, pero las quinielas apuntan también a otras y otros magistradas/os, como posibles candidatos a esa presidencia.

Lo importante, en mi opinión es que los dos grandes partidos políticos, PSOE y PP, se pongan por fin de acuerdo en la renovación del máximo órgano gubernativo de los jueces, cuyas funciones esenciales son las de trasladar, premiar o sancionar a los mismos, y sobre todo es el que nombra a los cargos más relevantes en este país para ejercer la función jurisdiccional. Acuerdo .que como dice el ministro, que evoca en sus argumentos a Pimpinela, es poco lo que nos separa y mucho lo que nos une, y ello a pesar de que el PP públicamente no me consta que haya dicho que está de acuerdo con un pacto renovador, aunque las lenguas bien informadas dicen que en privado los colaboradores de Casado están buscando el momento oportuno para dar el sí quiero. Y entonces es cuando aparece Unidas Podemos oponiéndose, supongo por no mojar ellos también, y quiere volver al rodillo parlamentario a toda costa.

Me congratularía si lleguaran a un acuerdo. Primero, porque no sean otros partidos de infausto recuerdo en la historia de España o los que pretenden trocearla en la actualidad, los que los nombren, aunque todo se andará, salvo que se den cuenta de que al final son engañados también, o que el Tribunal Constitucional empiece a tumbar normas jurídicas dictadas contra esta Constitución que en dos días cumple 42 años de vigencia.

La segunda razón de mi alegría es que así Europa no nos sacará los colores por intentar politizar la Justicia con cambio de mayoría parlamentaria, como ya se intentó y ahora vuelve a mencionarlo el vicepresidente segundo del Gobierno. Hungría y Polonia están a la que salta para ponernos como mal ejemplo, con la finalidad de evitar que ellas sean sancionadas. Y en tercer y último lugar, mi regocijo viene dado porque al fin y al cabo el diálogo se va a producir, que esperemos no traigan cola en forma de cobro de facturas posteriores al voto de apoyo.

Ahora bien, lo que ya no me gusta nada es que sean los nombramientos como siempre. Esto es, por designación de los partidos políticos y no por los propios jueces. Una vez más se desaprovecha la ocasión para dar una imagen de independencia judicial ante la sociedad española, y también ante Europa. Mucho hablar, mucho escribir y mucho reivindicar no solo por los jueces sino también por todo el mundo, que quiere un poder judicial totalmente independiente en todas sus facetas orgánicas e institucionales y no solo en la jurisdiccional. Pero al final, va a ser más de lo mismo.

Renovación de los miembros del Consejo General del Poder Judicial por acuerdo entre partidos políticos, sin necesidad de rebajar la mayoría parlamentaria criticada por Europa para sus nombramientos.

Me quedaré con éste único punto positivo, si es que sucede a la postre. En cualquier caso, les deseo buena andadura y travesía a los nuevos elegidos, con éxitos para todos y todas.