La situación del transporte público en nuestro municipio es un auténtico 'déjà-vu' desesperante. Siempre dando vueltas sobre los mismos y eternos obstáculos, cada día más apremiantes.

Los argumentos, excusas, que esgrimen las Administraciones son un auténtico despropósito, ya que, en dos crisis, tanto la Comunidad como el Ayuntamiento, con su inoperancia, van a terminar de aniquilar el transporte público. Y aquí quienes realmente perdemos somos los vecinos y vecinas de las pedanías, cautivos de este nefasto transporte.

Garantizar la movilidad es una obligación de los poderes públicos y tenemos que responsabilizarnos y cumplir. El primer paso es entender el transporte como un servicio público con el fin de que no sea medido en euros, sino ajustado a las demandas y necesidades de los ciudadanos y ciudadanas, hoy más que nunca.

Si nos creemos que el transporte público debe ser el auténtico elemento vertebrador, dinamizador de nuestra sociedad y territorio y la base de la movilidad sostenible del municipio, deberíamos verlo desde una perspectiva no tan simplista sobre el número de usuarios. No obstante, los responsables políticos solo piensan en la rentabilidad económica.

Creen que un autobús lleno es rentable y otro con pocos usuarios es un problema, pero lo más probable es que ese medio de transporte lo tenga que usar la persona mayor que va a una cita médica, el joven que va a la universidad o al instituto o el trabajador que debe estar puntual en su empresa. Esto, para los actuales gobernantes no es lucrativo.

El transporte público y la movilidad en nuestro municipio son de los peores de España y no se hace nada por mejorarlo, perdón, sí se hace, pero para fastidiarlo más: se recortan las líneas y se pone a los usuarios en contra para que dejen de usarlo y así poder eliminarlo o venderlo al mejor postor.

En 2012 realizaron una 'reordenación' que, como hemos comprobado, no ha favorecido el uso del autobús. Mientras tanto, asociaciones vecinales, juntas municipales€ están pidiendo la recuperación de servicios eliminados. Ahora, en el año 2020, el actual consejero de Fomento y el alcalde de Murcia están aprovechando esta crisis para desmantelar el transporte de las pedanías, donde reside el 62% de la población del municipio con una única excusa ya utilizada en la crisis del 2012: No hay demanda.

Sin embargo, la demanda existe; si no, que le pregunten a los usuarios que a diario se quedan en las paradas o aquellas personas que han abandonado el transporte público porque no tienen opciones de usarlo, al no contar con una buena frecuencia. La consejería de Fomento y la concejalía de Movilidad Sostenible no están dando servicio, aunque en la actualidad muchos vecinos y vecinas están concienciados en el uso del transporte para que nuestro municipio sea sostenible y vertebrado.

El Partido Popular resuelve los problemas del transporte en todas las crisis para recortar en general, sobre todo en transporte. Así no se tiene que molestar en resolver problemas.

La recuperación del 100% de las frecuencias del transporte público es fundamental para que los usuarios puedan utilizarlo con confianza y seguridad. Pero el consejero de Fomento elude su responsabilidad porque no ha dado ni señales de vida durante la huelga convocada por los trabajadores en defensa de su puesto y por el derecho de los usuarios a un buen servicio. Para colmo, el equipo de Gobierno municipal, que solamente busca foto entre macetas, tampoco es capaz de mediar en el conflicto.

Está claro que en esta crisis sanitaria las empresas de transporte, junto a otros colectivos, están sufriendo particularmente, mientras las Administraciones regional y local dejan el cuerpo muerto. Estarán esperando que sea el Gobierno central el que rescate el servicio, como está haciendo en otros sectores.

Es la hora de poner soluciones encima de la mesa para salvar la situación del transporte público, aunque no son ni capaces de sentarse con todos los representantes en la mesa del transporte público del municipio. Desde el mes de agosto no han querido ni contestar desde la concejalía de Movilidad Sostenible. No les interesa. Llevamos seis meses sin convocar el grupo de trabajo para seguir con la Ordenanza de Movilidad. Tampoco les importa. Les da igual la contaminación del municipio, los usuarios del transporte€

Tampoco se cuenta con los vecinos y vecinas. Estamos estancados en el siglo XVIII, en pleno despotismo ilustrado, en el que todo se hacía para el pueblo, pero sin el pueblo.

Hay que transformar el actual modelo de transporte público, mejorarlo, ampliarlo y promocionarlo. Y ello contando con la gente, con los colectivos y organizaciones, con las juntas municipales, con los grupos políticos€ Está todo por hacer y un largo y duro camino por delante.