Algo normal esta Navidad será notar la merma en nuestro monedero, y que suene el teléfono y oigas al otro lado la voz de alguien que te felicita y el resto del año no se acuerda de ti. Serán aspectos que nos recordaran aquellas navidades en las que el problema residía en el precio del cordero, la ausencia de gamba roja en la plaza o mis dientes, los que nunca sirvieron para comer turrón. Este año no tendremos que enfrentarnos a tener que disimular alguna invitación, ni mucho menos a invitar a quien no soportas, y tampoco habrá que hacer huecos, entre horas, para asistir a todas las cenas y comidas, de empresa, amigos, asociaciones, vecinos, la coral, los del súper y la familia, claro la familia.

Dicho todo esto, ¿alguien sabe lo qué vamos a hacer? ¿iremos a misa de Gallo? En serio, si saben qué van a hacer, compartan, que seguro que a más de uno nos viene bien.