Solo falta que aparezca un cadáver (Dios no lo quiera) para convertirse en una serie de novela negra, digna de Netflix o HBO. Ha tenido de todo: treinta años de lucha vecinal, cargas policiales con heridos y detenidos, una heroína que no se ha encogido pese a todo (la abuela del soterramiento), un político interpretando el papel de duro, incendios y ´sabotaje´ de las obras, cócteles molotov, la construcción de un muro que iba a dividir más aún a barrios ya de por sí degradados precisamente por tener en su territorio la línea férrea, acuerdos políticos, retrasos, promesas incumplidas y por fin el final feliz de que el ferrocarril desaparecería de la superficie.

Sin embargo, esa serie está inconclusa y no ha llegado a su desenlace porque se ha encontrado con un nuevo argumento que ha dado un giro inesperado a esta novela que lleva camino de convertirse en culebrón. Un bucle continuo de desencuentros avivado en estos momentos por ADIF y la Junta de Hacendados, que ha tenido hasta ahora al Ayuntamiento y al Gobierno local, PP y Cs, en un mutismo absoluto, en un pasotismo increíble y en una postura incomprensible si se tiene en cuenta que el soterramiento de las vías del tren y Murcia Conexión Sur es el proyecto más importante que tiene en estos momentos encima de la mesa la capital. Incluso para la Región es uno de los más sustanciales de cara a la modernización del ferrocarril y su inclusión en el Corredor Mediterráneo, una iniciativa por la que lleva clamando el Gobierno regional desde hace lustros.

La moción aprobada por todos los grupos políticos en el pleno pasado (faltan dedos de ambas mano para contar las mociones que se han hecho sobre el soterramiento con más o menos suerte) puede ser un espaldarazo para que ADIF y la Junta de Hacendados se sienten de una vez a solventar sus diferencias y fumen la pipa de la paz con el fin de que puedan avanzar las máquinas hacia Barriomar y Nonduermas.

No obstante, la situación no es sencilla porque hay extremos de imposible consenso cuando se trata de presupuesto económico en el afán de que queden resueltos problemas de avenidas de agua más allá del desvío de unas acequias. Unas obras que el gestor de Infraestructuras no quiere abordar al considerar que se salen de la foto fija del soterramiento y corresponde a otras administraciones, por ejemplo al Ayuntamiento, financiarlas y ejecutarlas.

Los trabajos que ADIF debe hacer hacia Nonduermas, dentro del proyecto del soterramiento, llevan parados desde agosto pasado por la negativa de la Junta de Hacendados, aunque el contador vecinal tiene sumados ya un retraso de más de quinientos días al entender como la fecha del inicio el día en que debieron iniciarse los estudios y la ejecución. El hartazgo de los ciudadanos es evidente, es justificado y se materializará en una nueva movilización que tendrá lugar el próximo día 10 de diciembre con una caravana de coches para exigir que avancen las obras sin más demora. Esta manifestación empezará a las siete y media en la Ciudad de Almería, junto al aparcamiento de La Molinera, y concluirá en Teniente Flomesta sobre las nueve de la noche.

Antes de que llegue esa fecha, las Administraciones deberán mover ficha si no quieren continuar quedando en evidencia con sus juegos políticos, en los que solo tratan de sacar tajada de un proyecto que debió materializarse hace décadas. El que parece que lo hará esta misma semana es el delegado del Gobierno, José Vélez, que tras conversar con ADIF lo más probable es que anuncie que las obras continúan para adelante aunque sea sin el consentimiento de la Junta de Hacendados, que deberá recurrir a los tribunales si no está de acuerdo. Si no es posible ese anuncio, siempre quedará la posibilidad de que el alcalde de Murcia, José Ballesta, hable con el secretario de Estado de Transportes, Pedro Saura, dos políticos que se entienden muy bien y que lograron, dialogando, la participación del Gobierno de España en otros proyectos de ciudad.

El soterramiento es una obra imparable, pese a quien pese, lograda por la constancia y voluntad de los vecinos, que únicamente han defendido su territorio con la tenacidad del que tiene a su lado la razón. Los demás son pamplinas e intereses partidistas. Por nadie pase.