La segunda ola del Covid entró en la Región por Barajas. Los inmigrantes traen el virus a la Región, el Gobierno de España no ha apoyado económicamente la gestión del Covid del Gobierno regional, la ocupación es un problema relevante en nuestra Región, la deuda regional proviene de la infrafinanciación del Estado, la agricultura no tiene que ver con el estado del Mar Menor y lo que perjudica al Mar Menor es el agua dulce que entra por la rambla del Albujón.

Una falsedad mil veces repetida no la convierte en realidad, pero estas y otras muchas afirmaciones parecidas forman parte de una perversión política importada del ´trumpismo´, que los partidos políticos de la derecha y el Gobierno regional han implantado con éxito y que practican con empeño y eficacia.

La posverdad, la repetición de una distorsión de la realidad en la que los hechos objetivos cuentan poco y que pretende modelar la opinión publica de manera fraudulenta, precisamente por basarse en falsedades, ha llegado a la Región de Murcia de mano de la derecha.

No. La segunda ola de Covid en la Región es fruto de la falta de rastreadores, de la ausencia de planificación, de la falta de refuerzos en la atención primaria. Ni el virus vino por Barajas, ni los inmigrantes, que son atendidos con todas las garantías, suponen un mayor riesgo para nuestra Región

Sí. El Gobierno de España ha enviado a la Región 380 de millones de euros para apoyar la gestión de la pandemia, dinero que el Gobierno regional no está empleando como debería.

La deuda regional es fruto de los despilfarros, la corrupción, la pésima gestión de los recursos y una equivocada política fiscal que deja sin recursos a las arcas regionales y traslada al Estado la responsabilidad de la financiación de nuestros servicios.

La ocupación, aunque afecta a algunos propietarios a los que hay que dar soluciones, no es un tema que sea prioritario en la agenda política de nuestra Región.

El Mar Menor se encuentra así por la gestión de veinticinco años del PP que lo ha sometido a una presión intolerable, y a los vertidos y los nitratos de una agricultura intensiva que ha llegado casi hasta sus orillas.

Este modo de hacer política, el de la posverdad, ha llegado también a la Región de Murcia, apoyada por una potente estructura de comunicación y de medios, altavoces acríticos. Pero desmontar la posverdad que eficazmente maneja el PP y López Miras, dejar en evidencia las mentiras y las distorsiones, es una obligación política, cívica y moral. También los medios de comunicación tienen un papel muy importante que jugar.

Y esta estrategia pasa igualmente por desmontar y debilitar interna y externamente la alternativa, la posibilidad de que exista una oposición política potente. En esto también tenemos una amplia experiencia en el PSRM. A juicio de algunos, hoy ya no vale la alternativa que fue capaz hace escasamente dieciséis meses de ganar unas elecciones autonómicas después de veinticuatro años. Escasamente un año y medio después, el partido que ganó ya no funciona, la Ejecutiva que diseño el camino ya no vale. Mientras se critica al líder que derrotó a López Miras y al equipo que contribuyó a la victoria ya no aporta, se amplifican comentarios y opiniones sobre posiciones sin experiencia ganadora, precisamente.

Sin embargo, la renovación ha llegado al PSRM para quedarse, con sus aciertos y con sus errores que habrá que corregir, con la experiencia que queda por adquirir, pero la forma de hacer política ha cambiado. No habrá silencios complacientes con las estructuras, no se dejará de escuchar a la gente, se profundizará en la participación y nunca más habrá decisiones unilaterales. El liderazgo de Diego Conesa es presente y futuro en el PSRM, apoyado por un equipo renovado, solvente técnica y políticamente, que irá ganando peso a lo largo de la legislatura.

Por desgracia, la victoria de hace unos meses no fue suficiente para culminar el cambio imprescindible en la Región, porque existen demasiados y fuertes intereses para que ese cambio, que dependía de otros votos, no fuera finalmente posible. Estructuras de intereses construidas durante más de veinticinco años de Gobiernos del PP en la Región de Murcia, que no quieren que nada cambie y que todo siga igual, para seguir moviendo los hilos de las decisiones, porque son los que de verdad toman las decisiones importantes en nuestra Región.

Pero el cambio ha llegado a la política de la Región y el Grupo Parlamentario Socialista está y seguirá ejerciendo una oposición contundente en la Asamblea Regional. Responsable para participar en las decisiones fundamentales, como cuando nos jugábamos el futuro del Mar Menor y pedimos una legislación exigente y garantista que se aprobó por la presión del PSRM. Y también una oposición exigente, aunque tenga menos relevancia mediática, cuando denunciamos el incumplimiento de la ley aprobada del Mar Menor; la falta de rastreadores y medios en la atención primaria; cuando denunciamos la nefasta política en esta crisis sanitaria en los colegios de nuestra Región y la falta de medios; el fracaso de las medidas de conciliación o la situación de abandono que sufren los mayores en algunas residencias de la Región.

El PSRM está comprometido en desmontar esta estrategia, y en ello, los diputados y diputadas del Grupo Parlamentario Socialista nos empleamos cada día. Seguiremos trasladándolo a la opinión pública porque la mentira y la distorsión de la realidad, aunque conecten fácilmente con ciertos sectores, no puede convertirse en la forma de hacer política en nuestra Región.