Por desgracia, aún en el siglo XXI vemos con frecuencia delitos de odio reflejados en hechos y acciones que se contraponen, la mayoría de las ocasiones, a conceptos como el de la libertad de expresar y difundir libremente una opinión o un sentimiento sin que sea censurado.

Esta pasada semana hemos vivido la denuncia de un joven de 21 años, Diego, al que se echó de un bar de la ciudad portuaria por besar a su pareja dentro del mismo. Un evidente ejemplo de discriminación por su orientación sexual e identidad de género que, a día de hoy, no debemos permitir.

Siento con tristeza este tipo de titulares porque creo que no deberían existir. Porque el hecho de verlos en medios de comunicación pone de manifiesto que todavía a día de hoy hay quienes discriminan a las personas homosexuales, las desigualdades siguen siendo una realidad demasiado cercana.

El hecho de que sigan existiendo este tipo de delitos de odio es lo que nos llevó a crear por primera vez en la Región una dirección general de Diversidad de Género dentro del Gobierno regional, una estructura constituida precisamente con la intención de dar más visibilidad a los colectivos LGTBI, a través de su inclusión en la consejería. También fue lo que nos impulsó a trabajar en un decreto por el que se regulará la creación, estructura, organización y funcionamiento del primer Observatorio Regional contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género, con el objetivo final de conseguir una mayor participación social y conocimiento de la realidad a la hora de elaborar propuestas, realizar estudios y recomendaciones que tengan como fin la lucha por la igualdad social LGTBI.

Trabajamos a diario para que no se considere que la libertad de expresión pueda amparar los discursos de odio. No todo vale. Y no vale porque esa libertad puede dar lugar a discursos que humillan a personas por el simple hecho de serlo, por el simple hecho de sentir como otros no sienten.

«Si es amor, no necesita explicación» ha sido el lema que hemos abanderado este año con motivo del Día Internacional del Orgullo LGTBI. Lo hemos dejado claro, todos debemos sentirnos libres. Afortunadamente hoy en día contamos con una ley que nos protege. Solo así se pueden combatir los delitos de odio y evitar que se repitan.

Reconozco el valor de Diego. Que ha hecho lo que muchos no se atreven. Denunciarlo en sus redes sociales. Diego alza la voz para proteger su igualdad y su dignidad, para erradicar acciones que infunden posiciones de odio e incluso hieren sentimientos que hay que proteger ya que violentan sus derechos personales.

En un estado democrático la libertad de expresión es clave, tanto como la defensa de los derechos a la dignidad de las personas que pudieran ser causa y objeto de esas ofensas. De ahí que denuncias como las de Diego sean más meritorias. Con ellas defiende su libertad, su dignidad y su honor.

En materia de derechos LGTBI, desde el Gobierno regional, solo vamos a avanzar y lo haremos de la mano del colectivo LGTBI. Seguiremos apoyando las iniciativas que vayan encaminadas a prevenir la homofobia, la transfobia o cualquier manifestación de odio hacia estas personas o sus familiares. Y lo haremos a través de medidas como la publicación de una Guía como herramienta clave para los componentes y participantes del Observatorio contra la Discriminación LGTBI de la Región de Murcia.

Nuestro objetivo siempre irá de la mano de los derechos, la igualdad de trato y no discriminación. No vamos a paralizarnos y seguiremos impulsando la Ley de Igualdad Social de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Transgénero,y de políticas públicas contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género, que respete la igualdad de estas personas.

Tenemos un compromiso firme. Las puertas de la consejería están abiertas a todos los colectivos LGTBI de la Región de Murcia. El órgano de participación social e institucional que contempla el Observatorio LGTBI es ejemplo de ello. Juntos podremos poner en común propuestas y trabajar en la defensa y por la igualdad efectiva y real de los derechos de personas como Diego.