Corresponde a los médicos españoles tomar el timón de este errático manejo de la pandemia. Aplaudo al doctor Cavadas por manifestar que nunca hemos estado en manos de expertos. Necesitamos que este medio de comunicación dé voz a los médicos más competentes en pediatría, gerontología, medicina preventiva, infecciosas, UCI, etc. para comunicarse directamente con la población de todo el país a fin de fijar de una vez por todas los protocolos médicos necesarios. Tenemos que evitar que los políticos confundan, porque sobre estos no pesa la desesperación e impotencia por la pérdida de vidas humanas, y no están en primera línea arriesgando sus vidas. Acuérdense de los consejos de los expertos oficiales: «Serán si acaso dos o tres casos; «mascarillas, no»; luego, sí, etc.

La gravedad de la situación es tal que la confusión ha dirigido su atención al covid, y los cuadros graves de otros tipos están desatendidos o infradotados. Cualquiera de nosotros con buen estado de salud ayer, hoy, podemos sufrir cuadros agudos mortales. No es broma de mal gusto, pero considere usted a sus compañeros y a sus familias. ¡Sí! Trato que sea tema de necesidad y no de tertulia ni de 'noticia'.

Creo que no tenemos segunda oleada. El virus no se fue cuando se dijo aquel «hemos vencido y ahora somos más fuertes». Con el confinamiento se evitó la libre y masiva circulación del virus. Pero con la desescalada la población volvió a los focos de infección. No hablemos de contagios, sino de portadores. Posiblemente ahora todos somos portadores o llegaremos a serlo, quizás al final del invierno. Los PCR sólo son válidos como test, y si son positivos y dan la carga viral. Ha habido muchos casos sintomáticos PCR negativos y positivos sin sintomatología. El mensaje que quiero transmitir es que se idee el medio por el cual los médicos se comuniquen directamente a la población. Por ejememplo, desde la radio en tiempo real o mediante podcasts: cuáles son los síntomas (y demos por hecho que somos portadores). Y hacer semiología médica, separando los casos leves (gran mayoría), de los graves en función del día de inicio y los síntomas. Avisar según eso cuándo hay que ir al hospital (como la telemedicina de Australia, sin usar teléfono, educando a la población para que no se alarme). Así, no sobrecargamos ni a la primaria ni a las urgencias. Pero hay que 'colgar' mañana mismo lo que digo. Reúna usted, señor directo de este periódico, a los verdaderos expertos (que no pasen por las consejerías: es broma) y que hagan un 'manifiesto' como médicos. Habrá otros matices médicos que ellos saben mejor que yo. ¡Ojo! Escuchemos a los científicamente verdaderos expertos.

A todos los niños de España que les tomen la temperatura antes de irse a la cama y al levantarse. Si tienen, no cole. Y, tener en el móvil o en televisión los síntomas que hemos dicho y la evolución de los mismos por días para que los padres o abuelos sepan y no se alarmen. No hacen falta PCR. Puede que, al tercer día, la mayoría puedan volver al cole. Lo mismo para los maestros, profesores, y personal no docente. Lo mismo, lo correspondiente para adultos, mayores y residencias geriátricas.

Al tiempo hay que 'colgar' los tratamientos en función de la evolución de la enfermedad y edad. Importante: todavía no tenemos fármaco con diana etiológica específica salvo para evitar la 'tormenta' inflamatoria, y, posiblemente, micro trombótica. Los más expertos que nos digan si esto es así. Las farmacias tendrán los tratamientos preparados. Sólo mostrando la cartilla se expenderá. Es en la farmacia donde queda registrado el enfermo y el tratamiento entregado. El farmacéutico tiene que preguntar al enfermo si tiene alergia o hipersensibilidad a algún medicamento, y podrá cambiarlo. Que nos digan, al respecto, los estupendos farmacéuticos que tenemos.

Yo hablaría de 'segunda ola' si los genetistas demuestran mutaciones con respecto a los virus de la 'primera ola'. Y si algunas de éstas se relacionan con los casos más graves clínicamente.

Es muy penoso conocer por la lectura de su periódico, señor director, las consecuencias sociales más allá de la enfermedad. ¿Quiénes han sido los que dijeron o no dijeron a la población lo que había que hacer, y ahora quieren que otros asuman las que siempre han sido sus responsabilidades? Si no, que hubiesen puesto al frente médicos que sí saben qué es: etiología, fisiopatología, sintomatología y tratamiento. El que dijo a los ciudadanos que «hemos vencido», etc. ¿tiene algo que ver con la mal llamada 'segunda ola'? Imagine qué le pasaría al presidente de su comunidad de vecinos si dijera que el ascensor ya funciona bien y se mata el primer vecino que sube en él.

Sólo necesitamos que nuestros estupendos médicos sin color político alguno dirijan los siguientes pasos. A ver si Dios quiere que podamos salir de esto con el menos daño posible en todos los ámbitos de la vida.