Un buen plato de huevos fritos con su puntillica y unas patatas fritas. Esta frase tan maravillosa es perfecta para romper tensión y poner a todo el mundo de acuerdo. Al menos para sacar una sonrisa y reconsiderar por un momento todo. Da igual cual sea la discusión. La puedes encajar casi en cualquier momento siempre con resultados abrumadores. Sonrisas, afirmaciones, acuerdo, abrazos, cita. Y es que es incontestable. Menos mal que nadie hace los huevos fritos con cebolla. No hay fisuras. Las frases que generan empatía. Miguel Ángel Hernández, sabio de cabecera, ha escrito un libro sobre las siestas. A ver quién discute el contenido. Es imposible. Qué maravillosa es la empatía cuando la encuentras brillando en esas cosas pequeñas de todos los días, y qué necesaria es en tiempos de pandemia.

Pues sí, amigos. El huevo frito se ha revalorizado. O ha vuelto, aunque no se haya ido nunca. Esto no es consecuencia de ningún estudio concienzudo. Es muy de nuestro spanish method, que lo pongo en inglés porque así somos también. Lo de fuera es bueno y lo de aquí es un desastre épico, casi siempre sujeto de posibles burlas. Digo que ha vuelto el huevo frito porque esa sensación tengo últimamente al verlo más que nunca en fotos de whatsapp y mesas colindantes. Con gallopedro, con langosta, con seticas, en bocadillo de almuerzo, para desayunar, con judías en hoteles, con trufa, en pasta, incluso en una empanadilla? o solo para terminar. Eso es clase. «No, no quiero postre, hágame un huevo con puntillica». Con un poco de pimentón ya rozamos el cielo. De pequeño me gustaba con mucho limón el huevo frito, sí. Ahí me tienen, por si no sabían por qué se llama Achopijo esta columna.

Celebrar con huevos fritos que seguimos evitando contagios día a día. Esa cifra quiero en el cuadro diario de la Comunidad Autónoma. Porque esa cifra la podemos conseguir seguro. Si sabemos el número de contagios que evita una mascarilla y tenemos un porcentaje de utilización bastante certero, siendo 1,5M de murcianos, y sabiendo el porcentaje de contagios? No son lo mío las matemáticas, ni la salud pública, pero que podemos afirmar que hoy hemos evitado, gracias a lavarnos las manos y a usar mascarilla un chorro de contagios, otro chorro de ingresos posibles, otro chorro de personas en la UCI, y también, digámoslo, un buen chorro de muertes? Digámoslo. Porque sí, la mascarilla, la distancia social, lavarse las manos, todo lo que estamos haciendo: está salvando vidas. Celebren. Plato de huevos fritos con puntillica, un poco de pan, una cervecica. Es domingo y aquí les doy las gracias por salvar vidas una semana más. Vale.