Viendo un documental sobre la Gran Guerra descubrí que Guillermo II (el káiser alemán) nació con un brazo deforme, lo cual trató de disimular toda su vida. De temperamento irascible, fue el principal impulsor de una hecatombe que causó al menos veinte millones de muertes... Esa noche, el káiser me visitó de manera recurrente en mis pesadillas. Se me aparecía lleno de amargura y odio, dispuesto a convertir en carne de cañón a todos los plebeyos que habían tenido la osadía de no nacer con su defecto, sediento de venganza contra el universo...

Fue una mala noche.