Lo peor de todo lo que estamos sufriendo como sociedad no es la crisis sanitaria, ni la grave situación económica, ni siquiera el miedo que sigue creciendo día a día, y que nos está coaccionando de manera peligrosa, sino que cuando esta larga pesadilla termine en los próximos meses, nos encontraremos en medio de la nada, sin saber qué rumbo tomar, y volveremos a cometer los mismos errores, tomando el camino más fácil, el que toman los perdedores.

Dentro de unos meses volveremos a la casilla de salida, 14 de marzo de 2020, pero regresaremos más pobres, más deficitarios, más endeudados y más debilitados. De nuevo el modelo de región basado en apostar por seguir llenando nuestras calles y 'picoesquinas' de casas de juego, una agricultura intensiva que destruye nuestro medio ambiente, despreciando el sector público como elemento clave para la igualdad y desmantelando la sanidad y la educación pública a favor de la privada a través de conciertos. Cuando estemos vacunados nos daremos cuenta de que en estos meses se han aprobado leyes que permiten contaminar un 30% más nuestro maltrecho medio ambiente, que las políticas de chiringuitos para los amigos han vuelto a darle otro bocado al sector público, o que los puertos se han convertido en bazares.

Nadie habla de nuevo modelo de Región para los próximos lustros, cuál debería ser nuestro modelo productivo y energético para afrontar los difíciles retos que se avecinan. Lamentablemente me temo que hemos tirado la toalla sin apenas luchar. La Murcia de 2030 será una Comunidad basada en el turismo de media y baja calidad, con una agricultura sostenible en el que brille por su ausencia una agricultura ecológica que seguirá siendo testimonial y poco más, seguiremos mirándonos el ombligo cuando hablemos de Murcia gastronómica; en otras palabras, la Murcia del futuro está condenada a ser el cuarto de los servicios para los visitantes y turistas que tengan a bien acercarse a este pequeño y olvidado rincón del sureste español.

Cada día nos alejamos más y más del futuro. La propia Unión Europea a través de la Comisión, ha aprobado una nueva convocatoria de propuestas del programa Horizonte 2020, dedicada al necesario Pacto Verde Europeo (EU Green Deal), y que tiene como objetivo movilizar la investigación y la innovación para dar respuesta a la crisis climática y ayudar y proteger los ecosistemas y las biodiversidad de la Unión; en cambio, mientras Europa habla de esto, nosotros aquí aprobamos leyes en la dirección contraria. Y yo, no sé ustedes, pero vivir en una Región sin futuro es apostar de nuevo a seguir llorando por las esquinas mientras nos tachan de pedigüeños, y ya está bien, maduremos de una puñetera vez.

Hablemos de futuro en serio.