A ratos Tenet parece un anuncio de la llegada del otoño del Corte Inglés. Y esto no es despreciar a Nolan, ojo. A mí es que me gustan todas las pelis. En esto soy bastante hincha. Me pasa como con el fútbol. De hecho, sólo me he ido del cine dos veces antes de que acabe la película, y aun así no puedo decir que sea un desastre una peli. Los policos con chaqueta de Tenet son esencia. Pero a mí, y en esto sí que soy radical, la peli me dice cosas únicas. Quizás por eso me gustan todas las pelis. Como los libros? como todo en la vida, entendemos según vivimos. Aquello de nuestras circunstancias. Por eso se pueden ver las películas muchas veces y entenderlas cada vez de una forma o con un mensaje nuevo. No son ellas. Somos nosotros.

Sin hacer ningún spoiler diré que lo que me quedó de Tenet es que ando en la N de todo. La vida es capicúa, como le pasó a Benjamin Button. Y no da igual saber que puedes volver atrás y hacer las cosas de otra forma. Capicúa es una de mis palabras favoritas. Es difícil decirla sin que surja una sonrisa, de esas que se perciben incluso con la mascarilla puesta. Capicúa es un palíndromo de números. Palíndromo es más feucha, y además, no cumple con su semántica. En esto la mejor palabra es onomatopeya. Amor a Roma es el mejor palíndromo que existe. Y hay unos cuantos curiosos. Decía que yo me he quedado con la importancia de estar en la N de la vida. Justo en el punto medio en el que miras al tiempo hacia ambos lados y el final se ve igual de lejos. Pero el tiempo es el mayor hijo de puta de todas las variables con las que nos ha tocado disfrutar esta vida.

Este año lo recordaré como un año de muertes. Muertes cercanas. Muertes que me enfadan con la vida. Muertes que duelen y que se sienten como bombas que caen a dos metros de ti. Muertes que me han puesto delante de la consciencia directa de cómo el tiempo es el único verdadero enemigo que tenemos. Un profesor al que iba a conocer, con toda seguridad, y que mi ingenua concepción del tiempo había pospuesto sine die, pero con la seguridad de una admiración constructiva, se fue inesperadamente. Pero da igual que sea más o menos esperado. El tiempo siempre te rompe la cintura y te clava el codo para rematar por encima de ti. Porque se fue Elena y nos hizo trizas a todos. Y sale el sol, que hasta esta N de la vida significaba esperanza, pero ahora también empieza a simbolizar que pase lo que pase un día no estaremos aquí y seguirá ahí, el tiempo mortífero, pasando, como si nada. Y como hacia adelante no podemos ver con claridad, mejor es hacerlo hacia atrás, como en Tenet, y corregir todo lo que estamos a tiempo de corregir. O por lo menos intentarlo.

Abran una cerveza, brinden con quien les quiere y disfruten un buen aperitivo. Es domingo y mañana saldrá el sol. Vale.