Cualquier presidente del Gobierno serio y responsable no habría dudado en dejar a un lado sus vacaciones y hacer frente al peor momento que atraviesa su país, pero en el caso de España, por desgracia, no ha sido así. Pedro Sánchez no ha sido capaz de afrontar con responsabilidad la coyuntura más grave que estamos atravesando. La semana pasada, tras la reunión con los ministros de Sanidad y Educación para abordar el inicio del curso escolar, volvió a quedar patente que la improvisación y el caos está en el ADN del Gobierno social-comunista.

Y es que vuelven a llegar tarde y mal. No tiene ningún sentido que la ministra Celaá celebre una conferencia para coordinar el inicio de curso más difícil en la historia reciente de España a menos de dos semanas de arrancar. ¿Para qué sirve el ministerio de Educación si no es capaz de mantener una mínima coordinación ante un problema de ámbito nacional y se limita a fijar protocolos tardíos que ya se trasladaron hace más de un mes desde la consejería de Educación a la comunidad educativa? Asistimos atónitos al resultado: dicisiete Comunidades autónomas, diecisiete protocolos distintos.

Pedro Sánchez ha intentado eludir sus responsabilidades parapetándose tras las autonomías para que, ante esta segunda oleada, no vuelva a relucir la incompetencia que demostró en la primera. Pero, ante ese panorama, el Gobierno de López Miras ha sido el primero en de España en desarrollar un plan serio y riguroso, y avalado por criterios sanitarios, para propiciar una vuelta al colegio segura.

La situación es muy complicada, pero desde todas las Administraciones, Estado, autonomías y Ayuntamientos, debemos hacer un esfuerzo para garantizar la seguridad en las aulas. Pese a ello, la oposición socialista en la Región de Murcia, y más en concreto el señor Conesa, lejos de arrimar el hombro y prestar su colaboración, se limita a utilizar la vuelta al colegio como arma arrojadiza para sacar rédito político. Una posición mezquina que quedó especialmente de manifiesto cuando sus diputados salieron a criticar el retraso del inicio del curso, que sus alcaldes habían pedido unas horas antes. Una decisión que había tomado un día antes un Gobierno autonómico socialista: el de Asturias. ¿Improvisan y planifican mal entonces sus compañeros de partido del Principado?

¿Cabe mayor incoherencia que la mostrada por los socialistas murcianos? Y todo por taparle las vergüenzas a un Pedro Sánchez que, con su desidia y escandalosa inacción, ha dado lugar a dicisiete comienzos de curso distintos. Frente a un Gobierno social-comunista que ni está ni se le espera, la consejería de Educación lleva trabajando desde el mes de junio para volver a las aulas con las mejores garantías sanitarias, por medio de un plan respaldado por criterios sanitarios que ofrece seguridad y confianza a las familias. Con el retraso del inicio del curso escolar, decisión tomada a petición de la comunidad educativa, los centros disponen de más tiempo para mejorar la gestión interna ante situación tan extraordinaria e incrementar así la seguridad.

Además, ante el escenario que se presenta de clases semipresenciales, el Gobierno de López Miras destina siete millones de euros a los Ayuntamientos para que impulsen servicios de atención a los alumnos y facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar. Otro ejemplo de compromiso del Ejecutivo regional con las familias que han de hacer frente a un curso escolar repleto de adversidades, que vuelve a contrastar tanto con la inaudita dejación de funciones del Gobierno de Sánchez como con el obstruccionismo y la demagogia fácil de Conesa y los socialistas murcianos.

Pues bien, en estos momentos tan graves y complicados, es hora de que todos orillemos meros intereses partidarios y trabajemos por el bien de la Región.