La noticia de la muerte del doctor José Antonio Villegas José Antonio Villegas se extendió rápido entre la familia relacionada con el deporte lorquino. No en vano, este médico tuvo mucho que ver con el despegue del deporte en nuestra ciudad en la faceta que él podía impulsar, que no era otra sino que apuntalar, en su campo, uno de los flancos hasta entonces no resueltos.

A partir de confirmarse la noticia, la consternación ha ocupado nuestra mente casi de forma obsesiva. Cada cual lo interioriza a su manera y recuerda al hombre honesto, cabal, riguroso, adelantado a su tiempo. Era firme defensor del ejercicio de la Medicina como una forma de divulgación alejada de la tradicional en la utilización de fármacos. Mi relación con él fue como paciente suyo. Según le escuché de viva voz o en correos que intercambiamos durante los años 2008-09, contaba que era más partidario de usar una medicina preventiva con productos naturales o a través de fórmulas magistrales que de otra agresiva buscando la solución inmediata.

En mi caso, llegó a decir que de haber puesto en práctica su punto de vista respeto a las cardiopatías, podría haber evitado una operación tan traumática.

Puedo dar testimonio de su paciencia y capacidad pedagógica para explicar en largas disertaciones la respuesta a mis preguntas, algo que muy raramente conseguí de otros médicos.

Hablaba con pasión controlada de su hermano Manuel como uno de los mejores cardiólogos de Murcia. A él lo conocí también como paciente gracias a su recomendación. Seguro que durante estas jornadas de la pandemia las conversaciones y los consejos entre ambos habrán sido de gran utilidad en la gestión de la covid-19.

Decía anteriormente que el doctor Villegas vino a apoyar uno de los puntos débiles de la práctica deportiva en general. Según cuentan quienes colaboraron eficazmente en Lorca con él, su iniciativa consistió en la creación de una serie de centros médicos especializados en Medicina Deportiva que dieran respuesta y protegieran en ese aspecto a los aficionados al deporte. Si en los años ochenta del siglo pasado se hacía deporte en Lorca en sus múltiples facetas, puede afirmarse que su práctica era en gran parte la suma de ilusión y afición. Los siguientes pasos los darían por un lado este proyecto del dcotor Villegas y por otro licenciados de INEF en Lorca, colaboradores entre otros de esta idea. Me refiero en concreto a Antonio Vidal y a Pepe García Murcia a los que agradezco su consejo para que visitara al doctor Villegas a fin de aclarar mi futuro relativo a la salud. De José Antonio Villegas siempre me hablaban con auténtico respeto tanto por su alta capacidad científica como por sus valores humanos.

Son muchos los atletas y deportistas lorquinos con los que tuvo relación, entre ellos el pionero y ya veterano fondista Antonio Bravo. Seguro que todos le habrán brindado su personal y sentido homenaje.

Recordemos al hombre como ejemplo de honestidad y al científico como ejemplo de alta cualificación. De ambas virtudes dio sobradas muestras en cualquier situación.