Ocurre a veces (y de alguna manera reconforta) que tras concebir o expresar determinada opinión sobre algún asunto, encontremos después una opinión similar, dicha o escrita por alguien más experto en ese tema. Es, por simplificar, el viejo concepto político-moral que subyacía en la institución senatorial romana de la 'auctoritas', adaptado y resignificado en el medievo para devenir criterio de veracidad de los autores.

Viene esto a cuento de mi conversación hace unos días, en una red social, con el escritor Alejandro Hermosilla acerca uno de sus imprescindibles Averías, dedicado El Padrino III.

Le comentaba que para mí todo en ella apuntaba a gustarme (la trama vaticana, Andy García, Helmut Berger, Raf Vallone... y el elemento operístico, la representación de Cavalleria Rusticana en Palermo); que en efecto me encantó y sigue pareciéndome un espléndido broche de la trilogía. Y que me había llamado la atención un comentario negativo de otro lector, que aducía, entre otras razones de su opinión desfavorable, la presencia en la banda sonora del Intermezzo y otros fragmentos de la ópera de Mascagni.

Si fuera mera música ambiental entendería la crítica, pero Cavalleria Rusticana es uno de los más importantes (si no el más) subtextos de la película, la atraviesa de principio a fin: es la ópera en la que Anthony va a debutar como tenor interpretando a Turiddu; y no hace falta recordar el paralelismo entre el mordisco en la oreja de Turiddu a Alfio en la ópera y el mordisco en la oreja de Vincent a Zasa en la escena del inicio en el despacho de Michael (el mordisco en la oreja, precedido de un beso, es un gesto siciliano de nobleza, la 'caballerosidad rústica' del título, antes del desafío; eso ya está en el cuento y la posterior obra teatral de Giovanni Verga en que se basa la ópera).

El paralelismo llega hasta el final: en la ópera, el duelo entre Turiddu y Alfio ocurre 'fuori scena', sólo sabemos del resultado por una vecina que grita dos veces «Hanno ammazzato compare Turiddu!!», y al final de la película en la escalinata del Teatro Massimo, una voz de mujer grita dos veces «Hanno ammazzato signorina Maria!!»€ Esas palabras busqué en internet para añadir algún enlace a vídeos de los minutos finales de la ópera y la película a cuanto le había escrito, y entre los resultados de la búsqueda apareció el pdf de un artículo donde su autora analiza más o menos todo esto mismo que yo acababa de explicarle€

Humildad ante todo. Y aprovechen agosto para ver El Padrino, para leer a Puzo, o la 'novella' y la obrita teatral de Verga, para escuchar la maravillosa ópera de Mascagni.