Tenemos la inmensa suerte de estar asistiendo en directo a la Región de Murcia que tendremos dentro de diez o veinte años. Y no, no vamos a dejar una Región mejor, más preparada, más formada, más culta, y mucho menos más verde; el único verde que dejaremos a perpetuidad será el color del Mar Menor.

Somos unos privilegiados, pocas generaciones pueden presumirse ver en directo cómo mandamos a la mierda una Región que podrías hacer mejor, con nuestra complacencia y con nuestros votos. Más aún, las encuestas dicen que quienes promueven más libertad, menos control público, más privatizaciones, más peso de la escuela y la sanidad privadas en detrimento de lo público y menos control ambiental volverán a barrer, sobre todo si se confirma la unión de PP y Cs para las próximas elecciones, que con Vox hacen la tormenta perfecta.

De momento, Santiago Abascal ha presentado sus credenciales en forma de anuncio de moción de censura. Sabe que no la ganará, pero lo que persigue no es eso, sino volver a demostrar al electorado de derechas que ellos no son la derechita cobarde.

Esta pasada semana la Asamblea Regional ratificada la posibilidad de que las empresas puedan contaminar un 30% más. ¿Más? Y todo ello en nombre de un virus que algunos esperaban nos hiciera mejores personas y mas respetuosos con el planeta Tierra, y en cambio, a algunos los están convirtiendo en pequeños Bolsonaros, Trump, etc.

Con esta decisión, sumada a la modificación de la Ley de Puertos, no solo nuestro medio ambiente queda herido de muerte, sino que es el propio servicio público el que ha muerto definitivamente, y lo peor es que nadie llora por él.

A partir de ahora, con la aprobación de estas leyes, la pregunta es clara: ¿Cuántos funcionarios sobran en aquellos departamentos que velaban por el cumplimiento de las normas medioambientales y de contratación? Porque mantener personal sin funciones no sólo es absurdo, sino irresponsable.

Mientras esto ocurre, miles de empleados públicos siguen contando los días para jubilarse y nadie dice nada. El objetivo 2030 se va a cumplir, no el que dice la ONU, sino por el que muchos suspiran: un 40% menos de empleados públicos y la ley de la selva cuidando este rincón del sureste español.

Nota: eso sí, siempre nos quedará Murcia Río.