Administraciones

El espectáculo que han estado dando esta semana la administración regional y la delegación del Gobierno con los inmigrantes ha sido de los que hacen pensar a los ciudadanos si estamos hablando de gente de otro planeta. Cómo es posible que hayan gestionado un problema, tan serio y tan importante como ese, tirándose a la cabeza unos a otros la responsabilidad de esas personas, -PERSONAS, para que lo entiendan- a las que hay que atender como es debido, por el bien de ellos y por el nuestro. Es absolutamente necesario controlarlos, hacerles pruebas, aislar a quienes lo necesiten, pero también hay que preparase para estas llegadas y eso no lo pueden hacer los voluntarios de Cruz Roja, o de otra ONG, ni unos cuantos policías o guardias civiles. Hay que procurar los medios, los espacios y el personal necesario. Como parece que al final han hecho, menos mal.

A las armas

Leo que el portavoz, o el líder, no sé, de Vox en la Región, ha dicho que hay que movilizar a la Armada para evitar que lleguen los inmigrantes a nuestras costas. Lo que no sé es si ha dicho cómo lo van a hacer, si con los cañones, con los torpedos, haciendo que los marinos de carrera usen sus espadines, o, sencillamente, abordándolos y tirándolos al mar, uno a uno, o en grupo.

Un susto

Voy por la calle. Sentada en un banco una señora habla por teléfono, y la escucho decir: «Si me puedes ayudar económicamente para la castración, te lo agradecería». Me quedo de piedra. «Es que el perro es tan tuyo como mío», añade, y me tranquilizo.

Paz y aire fresco del mar

Mientras comienzo a escribir esto, el jueves, siento sobre mí el viento de Levante no muy fuerte. Es un aire impregnado de sal, de humedad refrescante. El Mar Menor tiene hoy pequeñas crestas de espuma blanca. Las gaviotas planean contra el viento. Se ven volar bandadas de estas aves que vuelven de pasar el día muy lejos de su hábitat natural, alimentándose en sitios que no nombraré aquí para no estropear este apunte. Hay poca gente bañándose, pero es que, con Levante, aquí casi nadie se mete en el agua. No es costumbre. En mi casa está sonando La pequeña misa, de Rossini.

Algo muy hermoso

Si son ustedes aficionados a la música, les recomiendo que entren en Youtube y busquen la grabación del aria de La Traviata que Lisette Oropesa cantó en el Teatro Real el otro día, y que provocó tal aplauso que la soprano tuvo que hacer un bis, cosa que no le ocurría a una mujer en este teatro desde 1998. Cuando repitió, la gente se quedó de pie escuchándola. Es un momento increíble, conmovedor. Ella canta con una sensibilidad tremenda y con una voz realmente impresionante.

Uso de la mascarilla

Una mujer mayor a otra, en el supermercado: «Con lo del virus, venir a comprar me pone muy nerviosa. Mira cómo sudo». Y se quita la mascarilla, y con ella misma, se limpia el sudor de la frente, como si fuera un pañuelo de papel. A continuación, se la vuelve a colocar. Estoy por decirle algo sobre el tema 'uso cuidadoso de la mascarilla', pero sigo cogiendo mi compra de las estanterías y procuro no coincidir con ella en los pasillos.

Cine y series

Cine y series

Esta semana he visto la miniserie Agatha Christie, Diez Negritos. Buenos actores y magnífica ambientación. Está muy bien hecha, aunque si ha leído el libro, conoce los versos de 'yo tenía diez negritos€' y conoce un montón de versiones en cine de esta novela, resulta menos intrigante. También he visto la película Ofrenda a la tormenta, la tercera de la serie que han hecho con los libros de Dolores Redondo. Me ha gustado mucho. Marta Etura está muy bien y los demás, también, aunque quizás lo mejor sea la factura de la película, cómo está hecha, cómo retrata el ambiente y el paisaje de ese valle asturiano. Se deja ver con interés.