Estoy segura de que les habrá pasado muchas veces: en ocasiones, una simple frase nos puede estropear el día. Por lo menos a mí en particular me pasa mucho y sé de buena tinta que a muchas mujeres solteras de mi edad también. Aquí van las famosas 'frasecitas': «No entiendo cómo una mujer como tú no tiene novio». O, peor todavía: «Si quieres ser madre, ya puedes darte prisa, que se te pasa el arroz». Y, digo yo, ¿quién te ha dicho que quiera tener hijos o tener pareja?

Una vez leí una frase que no me quito de la cabeza: «Todo el mundo te pregunta si acabaste la carrera, si te casaste, si ya tienes hijos... Como si la vida fuera una lista de la compra. Nadie nos pregunta si somos felices». Pues ahí es donde quiero ir yo. ¿Acaso soy la única que piensa que tanto hombres como mujeres tenemos que vivir la vida sin prejuicios, sin seguir los dictámenes que nos marca la sociedad?

Vive tu vida como quieras, quiérete a ti primero porque solo así podrás enamorarte de otra persona. Ríe, baila y llora también, ¿por qué no? pero sé tú y no te conformes con lo que la sociedad espera de ti (de todos modos nunca vas a caer bien a todo el mundo). Creo que solo hay una elección acertada: ser feliz. ¿Y cómo lo somos? Pues ójala yo lo supiera, pero no, cada uno encuentra la felicidad de una manera diferente.

Y con esto no quiero decir que la mejor opción sea estar soltera o no tener hijos. Ni mucho menos. Solo pienso, creo y abogo por la libertad de cada uno. Y por que pasemos de los estereotipos que nos marca la sociedad y que a veces incluso nos hacen daño. De hecho, yo soy una romántica empedernida, sí, lo reconozco.

Creo en los amores a primera vista, en los que nacen con el paso del tiempo. Pero sobre todo creo en los que nacen de la nada, sin buscarlos, los que hasta te duelen porque eso, nos guste o no, es el amor. Creo en el amor libre, sin ataduras en los besos robados y en las caricias de media noche. Y aunque no lo busque, creo que estar enamorado es una de las mejores cosas que te pueden pasar en esta vida, que bastante jodida es ya, por cierto.

Yo no llevo tiara de princesa sino sombrero, pero sí, lo reconozco, soy de las pocas que aún creen en el príncipe azul.