Mira a la gente, todos se divierten

Mira a la gente, podríamos probar

Cómo lo expulsan, cómo lo danzan

Cómo lo viven, cómo lo sienten

Mira a la gente

Míralos y aprende

Anillos y raíces, Second, 2018

La vuelta de la música nos ha traído emociones camufladas que a los pocos días de volver a cantar junto al Río Segura, aunque haya sido a través de una mascarilla, se van descubriendo en todo lo que nos está pasando. Y son nuevas emociones. Porque las ganas de volver a pasar un par de horas con amigos escuchando música en directo eran una novedad que nos ha recordado el valor que tiene hacerlo. Y como ha pasado con tantas cosas la primera reflexión ha sido esa. Ahí estaba todo antes de la pandemia. Dispuesto. Elegíamos y hacíamos planes de todo tipo y quizás habíamos olvidado la importancia que tenían tantas cosas. El valor de todo se ha rearmado. Se ha fortalecido. La pena es que sólo sirva, de momento, para empezar a hacer girar de nuevo las ruedas dentadas de la maquinaria, y no para que el valor de las cosas que ahora, a través de la mascarilla, se ve mucho más brillante, no se convierta en el doble de beneficios para tanta gente implicada. Pero es un valor. Y ahí hay humanidad fortalecida.

Implicación. Es el segundo gran regalo que nos trae la pandemia. Aprender a respetar a los demás cumpliendo con las recomendaciones. Es un orgullo ver en Murcia a un porcentaje muy alto de la población siguiendo las medidas de protección establecidas. No sólo en eventos como Murcia On de Ibolele en la Plaza de Toros, o en las fantásticas Noches del Malecón, organizadas a conciencia, pero que necesitaban sí o sí de la colaboración de todos los asistentes? y el éxito está siendo espectacular. El de la gente. El de esa implicación global de la que además nos sentimos parte. He tenido la suerte de salir de Murcia estos días y me ha llamado mucho la atención que aquí hay muchas más mascarillas y más respeto por la distancia. Está siendo clave para que esas ruedas dentadas que lo mueven todo no estén detenidas, oxidándose.

Es domingo. Hace calor. Un buen día para pasear, darse un baño, tomarse una cañica con un par de trozos de hueva de mújol. Para que los que somos de esa parte del mundo en la que nos gusta ver lo que nos hace mejorar leamos quinientas palabricas en las que reconocer que, a pesar de todo, siempre hay esperanza. La misma con la que cantamos bajo las estrellas en esa maravilla en la que se está convirtiendo Murcia Río, los Días Amables con la Suecia de la huerta o el Mira la gente de Sean y nuestros Second de la única alma que sabe sonreír cuando las cosas se ponen cuesta arriba. Este domingo es para poner una pica en la pandemia con Murcia implicada y su música como estandarte.

¡Mira a la gente! Salud! Vale.