Observo desde hace algunos meses que el mapa del tiempo que nos ofrecen en La 1 de TVE para la información meteorologica agrupa a la Región de Murcia bien con la Comunidad Valenciana y Baleares, bien con Andalucía. Desconozco los motivos de esta indefinición, pero uno se queda con la amarga sensación de que no saben dónde ponernos o, peor, de que no tenemos valor por nosotros mismos y nuestro papel es el de un simple comodín al que recurrir según les convenga. Probablemente, no será nada de eso y se deberá, simplemente, a que, entre los que preparan los mapas para su difusión hay personas que lo hacen de formas distintas. En cualquier caso, los espectadores de nuestra Región seguimos este espacio con cierto suspense e incertidumbre ante la duda de con quién nos tocará esa vez. En fin, minucias sin importancia. ¿O no?

Lo que creo que ofrece pocas dudas es que el peso de nuestra Comunidad en el conjunto del país es ínfimo, ridículo diría yo, frente a la tremenda fortaleza y la enorme influencia de regiones como Cataluña, el País Vasco o Galicia. Porque en la pretendida igualdad entre españoles son muchas las desigualdades por superar, en función de la tierra en la que naces. Vivimos en un país de diecisiete Comunidades Autónomas, pero no todas jugamos en primera division, las hay de segunda e, incluso, de tercera. ¿En qué división consideran que está nuestra Región?

Imagino a muchos murcianos de Murcia capital resignándose a aceptar que nuestro lugar actual está en la zona de cola de la tercera división. E indignados ante los desprecios y el desinterés por parte de los poderes del Estado hacia nuestra Región. Basta citar dos claros ejemplos para evidenciar esta discriminación, como son el eterno retraso en la llegada del AVE o la degradación casi irreversible del Mar Menor, sin que nadie parezca hacer nada serio para remediarlo. ¿Hubieran permitido los catalanes o los gallegos estar sin AVE más de veinticinco años después de que inaugurara el primer trayecto entre Madrid y Sevilla? ¿Hubieran dejado una laguna como la nuestra en estado moribundo si estuviera en el País Vasco? Lo peor es pensar que si el abandono y desinterés es evidente en las cuestiones importantes, ¿cómo será en las pequeñas cosas?

Imagino otra vez a los murcianos de Murcia capital asintiendo ante esta evidente discriminación que sufre nuestra Región, como consecuencia de su nulo peso e influencia en los foros donde se toman las decisiones importantes.

Y, ahora, invito a esos mismos murcianos indignados de Murcia capital a que se pongan en la piel de miles de sus paisanos cartageneros que sienten una sensación similar cuando claman por servicios e infraestructuras que les niegan desde San Esteban.

La explosión en la gasolinera de la Plaza de España esta semana, que le ha costado la vida a un operario, nos ha recordado que en Cartagena, entre otras muchas cosas, carecemos en nuestros hospitales de una Unidad de Quemados y que tuvieron que trasladar a los heridos a la Arrixaca de Murcia. Quizá esta explosión sea un accidente imprevisto, como todos, pero si contar en nuestro municipio con un polo energético como el de Escombreras, de los más importantes del país y con mercancías peligrosas por todos sus rincones, no justifica contar con una Unidad de Quemados, ¿qué lo hará?

Permítanme un inciso. No me hubiera gustado estar en el lugar de los vecinos de los edificios que rodean la citada gasolinera que estaban fuera de casa y se enteraron de la explosión. ¿A qué esperan para reubicar este tipo de instalaciones apartadas de núcleos urbanos? ¿Tiene que ocurrir una desgracia mayor? Fin del inciso.

Regresamos a lo de la discriminación territorial con el hecho de que los viajeros que cojan el tren entre Cartagena y Madrid tendrán que completar el tramo hasta Murcia en autobús durante el mes de agosto. Otra vez en bus, como cuando la Dana causó daños en las vías y nos tuvieron otro mes en esta misma situación. Debe ser que fue insuficiente para las reformas, porque ahora dan el mismo motivo, arreglar los desperfectos causados por los temporales.

Tampoco me resisto a recordar que para ir de Cartagena a Alicante o de Cartagena a Mazarrón por autovía o autopista, hay que rascarse el bolsillo en los peajes, inexistentes entre Murcia y Alicante y entre Murcia y Mazarrón.

No les voy a cansar con otros ejemplos similares que alimentan el sentimiento de discriminación de los cartageneros respecto a la ciudad de Murcia, pero podría enumerar bastantes más por los que nos sentimos como nuestra Región en el conjunto del Estado, en tierra de nadie.

Aunque no hagan caso, quizá solo sean minucias. ¿O no?