Maris Juan José Cerezo Manchado (Santomera, 1984) obtuvo el XIV Premio de Poesía Francisco Sánchez Bautista por su libro Vosotros, que ahora publica en una pulcra edición, en Sevilla, Renacimiento. Une este libro Juan José Cerezo, doctor en medicina y hematólogo, a su excelente trayectoria poética, ya puesta de manifiesto en su poemario anterior de 2015 La fragua de los días, y nos devuelve su palabra poética bien construida e inspirada por una reflexión sobre la vida y el destino de evidente trascendencia. Tras cinco años de silencio poético, el nuevo libro muestra una vez más al poeta dueño de un vocabulario muy personal, rico en sugerencias y en imaginaciones semánticas y dominador de un verso noble y elegante forjado en un verso poderoso que marca el ritmo interior de casi todas las composiciones, tan impecables, tan bien ensambladas en la estructura de un libro inteligentemente cohesionado.

Sólo hay que advertir la construcción del poemario para descubrir cómo el poeta lleva a cabo una tránsito desde el interior hacia afuera, que van evidenciando las cuatro partes del libro, reveladoras en su título de este desplazamiento intelectual y poético. La puerta sois vosotros, El poema es la llave, La estancia a donde llego y Cruzar a la otra orilla. El poema Vosotros, que da título al libro, es el referente decisivo en torno al cual gira toda la obra, representado en esos seres que acompañan al poeta en su devenir vital, con los que comparte existencia y horas. Son la justificación de su esencia y la culminación de la vida en ellos representada: «Junto a vosotros / para entender que vuestra efímera presencia / es todo cuanto tengo / y, acaso, es suficiente / para ser el más rico de los hombres».

Y así, en esa primera parte hallará el lector lugares de grata convivencia, justificados en unas anotaciones hechas por el poeta al final del libro. Son los exteriores de una existencia, que conforme avance el libro caminará hacia su destino, que se irá manifestando en los poemas de la segunda sección, en la que la palabra poética (el poema es la llave) descubre interiores que estaban velados y que merecían ser manifestados en los versos de un poema y de otro. Hasta llegar a la estancia en que se detiene para averiguar trascendencias. De la mano del Dámaso Alonso más enigmático, el de la duda y amor del Ser Supremo, desea creer como el viejo poeta, y trascender más allá de la vida y sobre la muerte. Son palabras mayores, y la intensidad de las reflexiones sobrepasa la superficie de lo común para internarse en lo más profundo del pensamiento en relación con la vida y el destino: «Negar la trascendencia / es la forma más fácil / de acabar con la muerte [€] Mi extraña convicción de lo absoluto / no admite cobardías».

Aunque es de noche, es necesario cruzar, por fin, a la otra orilla, y descubrir, en la conclusión del libro, al poeta hallando esperanza y sentido a la vida y mostrando, frente al vacío, la verdad de la existencia, que en los últimos poemas se convierte en contemplación de la naturaleza y en oración trascendente por encima del tiempo y del destino. No era fácil en nuestro siglo XXI manifestar con tanta solidez convicciones que forjan un libro en el que sobre todo son la vida, la convivencia y el encuentro con los demás, los que dan la fuerza a una poesía escrita con naturalidad, con elegante sencillez, trascendida en la palabra y apoyada en la presencia de los maestros de la poesía española, metafísicos en su voz y trascendentes en su pensamiento.

Un poema especial destaca en esta secuencia final del libro, Mar abierto, que sabemos por las anotaciones últimas que se corresponde con un lugar concreto y un paisaje conocido. Pero lo trascendente es que ese mar recupera sentidos y vuelve a ser símbolo de larga tradición literaria para convertirse en representación de la existencia y del más allá, ese mar que hay que cruzar para llegar a la otra orilla y que protagoniza en estos últimos versos del libro ansiedades que suponen trascendencias, inquietudes que buscan verdades, convicciones que se llegan a alcanzar y que solo una palabra poética tan lúcida como la de Juan José Cerezo, pueden llegar a captar con naturalidad y entereza: «Así nosotros regresamos / a su vientre materno / después de un rumbo estéril / que no nos pertenece, / para hallar lo que siempre perseguimos / y no hallamos jamás en tierra firme».

Poesía de gran integridad la de este Vosotros, que descubre nuevos perfiles en un poeta que alcanza aquí su madurez intelectual.