Se necesitan voluntarios

La institución Jesús Abandonado ha lanzado una campaña para dar visibilidad a su necesidad de voluntarios para ayudar en el funcionamiento diario de su comedor, cocina, ropero, etc. este verano. Como muchos saben, Jesús Abandonado se dedica a la atención a los más desfavorecidos de nuestra sociedad proporcionándoles lo más necesario para que puedan subsistir, y cuenta para ello con los hermanos de San Juan de Dios y también con algunos empleados, pero una gran parte de esa atención diaria es prestada por voluntarios que acuden allí ‘a hacer lo que haga falta’ durante algunas horas, algún día de la semana, lo que cada uno puede dedicar. Solo les diré que he visto cómo funcionan y que merece la pena echar una mano.

La comparativa

Quería ir a ver el debate del estado de la Región, porque he estado en muchos y quería hacer una comparativa y escribir aquí una croniquilla. Pero no pudo ser por razones que no vienen al caso, así que miré lo que pude en la web de LA OPINIÓN y vi algo en la tele o leí los periódicos. En general solo puede decir que fue aburrido, y que da yo qué sé ver a los políticos salir allí a hablar bien de sí mismos y mal de los demás como único argumento. ‘Nene ser bueno, tú ser malo, malísimo, y los tuyos unos cabrones’, se decía, más o menos. Y el uno por el otro, la casa sin barrer, o el Mar Menor hecho un asco, que lo mismo da.

Personas limpian en la orilla del mar en la zona de Los Urrutias. Iván Urquízar

Preguntas (en tono de cabreo)

De verdad, ¿es que nuestras autoridades van a permitir que este año no podamos bañarnos en el Mar Menor miles de ciudadanos? ¿Es que no van a poner los medios para que todos los que hemos pagado religiosamente nuestros impuestos podamos al menos meternos en el agua y bañar a los críos? ¿Es que van a ser capaces de dejar a los que tienen pequeños negocios, bares, restaurantes, etc., que se arruinen por su absoluta ineficacia?

Encargo

Una mujer a otra, en la cola de la farmacia, guardando la distancia y con las mascarillas puestas: «Me ha dicho el Juan que, ya que venía, le comprara condones». (Por el resto de conversación que puedo oír, aunque hablan bastante bajito, el Juan es el hijo de la compradora. Le tengo que preguntar a alguno de mis amigos farmacéuticos si es normal que un hijo le encargue a su madre que le compre condones).

Ricos y pobres

Un amigo me dice: «No sé por qué será, pero todo el mundo que habla con reparos sobre el ingreso mínimo, tiene una buena posición económica. Que si eso de ‘la paguica’, que si lo de que así no van buscar trabajo, etcétera, etcétera... Sin embargo, no he visto a ningún pobre con reticencias sobre esa tan justa medida, que, por cierto, también la tienen establecida en más de 20 países europeos».

Series

Hay una serie que puede gustarles. Se llama Giri/Hari, y es medio japonesa, medio inglesa. No se lo van ustedes a creer, pero le he visto hasta cosas shakesperianas, y eso que está ambientada en la actualidad. No suelen las series tener varias lecturas, como esta, que te puedes quedar en que es una de policías y yakuzas, o ver en ella cosas sobre el destino, la violencia no querida pero que siempre está ahí con el ser humano, el amor, la protección al débil, la fraternidad, etc. Y, además, es muy entretenida.

Fidelidad

He visto esta semana la última película de Woody Allen, A rainy day in New York. A mí con este director me ocurre lo mismo que con Pedro Almodóvar, que he visto siempre sus películas según las iban haciendo, aunque unas veces te encuentres con la magnífica Volver, y otras con aquella del avión que era un espanto infumable. O sea que he visto Match point o Maridos y mujeres, y también esta, que, francamente, es muy mala. Hasta el actor ese que está tan de moda, Timothée Chalamet, que en la película Call me by your name estaba muy bien, en esta da verdadera pena verlo. Ahora, ya les digo, si Woody Allen o Pedro Almodóvar hacen otra peli, yo iré a verla.

Precauciones

Una mujer mayor a un camarero en la terraza de un bar: «Tráeme un café con leche, pero no me toquetees mucho la taza, hijo, que me da miedo el coronavirus».