Todo está en los libros, cantaba Vainica Doble hace décadas. Los tiempos han cambiado; ahora todo está en Twitter. Pero hay que leerlo entre líneas, como cuando durante la dictadura había periodistas que analizaban la política de De Gaulle y el lector sabía que se referían a Franco. En Cs Región de Murcia hay una gravísima crisis derivada del enrocamiento del portavoz municipal de este partido en el municipio de Murcia. Mario Gómez, de quien todo el mundo habla a todas horas, lleva veinte días o por ahí sin hablar él mismo, como si se lo hubiera tragado la tierra. Está en modo Isabel Pantoja: «No digas nada, sólo pon dientes». En su caso, colmillos. Porque hablar, habla. Sólo que hay que ir a Twitter. No a lo que escribe, que no escribe nada, sino a lo que retuitea. Le pone RT, por ejemplo, a lo que sube la consejera Ana Martínez Vidal. Ésta, a su vez, redacta en abstracto, pero para que se la entienda. El problema es que el pesado de Mario Gómez la retuitea. Y lo hace, sin duda, como cuando Robert de Niro pretendía asustar a Nick Nolte en El cabo del miedo: «Abogadooo...».

Ejemplo. Martínez Vidal escribe, después de la reunión de la Gestora de Cs con representantes del PP para recomponer el pacto municipal de gobierno PP-Cs tras la ímplícita moción de censura de Gómez al alcalde Ballesta, del PP: «Cs siempre antepondrá el interés general a los beneficios partidistas. Hemos venido a hacer política útil desde un centro político más necesario que nunca. Trabajar por la reactivación económica y social de nuestro país es nuestro objetivo». Puesta en estadista. Pero dado que el pretexto del pacto de Mario Gómez con PSOE y Podemos contra su socio de gobierno Ballesta se justifica en la 'reactivación social y económica', el portavoz municipal fue el primero en difundir este tuit. Venía a decir para el vulgo: coincido contigo, Ana; es lo que estoy tratando de hacer en el municipio de Murcia. Y a la vez, le enviaba una advertencia para entendidos: que todos sepan que estamos en lo mismo, no vaya a ser que ahora me dejes tirado.

El desarrollo de los acontecimientos corrobora la tesis del primer artículo que escribí, hará quince días, sobre este conflicto: la Gestora regional de Cs estaba al tanto de la 'operación Mario' y, por tanto, añado ahora, también Martínez Vidal, que es a quien le llevan el bolso, uno cada asa, Jero Moya y David Sánchez. Es obvio, y ella se ha encargado de que se sepa públicamente, que en la Gestora manda la consejera de Empresa. Por tanto, Mario Gómez le advierte a través de sus retuits que está con ella, justo cuando todos pretenden distanciarse del supuesto Lobo Solitario.

La Gestora lo dejó hacer en el ayuntamiento de Murcia, porque no es verdad que el interés general sea la motivación básica de Cs en este momento. Eso es retórica para militantes conformistas, valga la redundancia. Lo que prima es la perspectiva de quién se va a hacer con la dirección regional de un partido en trance de desaparición, pero con tres años por delante para mantener escaños, cargos y sueldos. A Mario, digo, lo dejaron elaborar sus fantasías animadas contra Ballesta, en su papel de visir Iznogud, a cambio de que pusiera su influencia sobre una parte de la militancia al servicio de los intereses de la Gestora que preside en la práctica Martínez Vidal, en la perspectiva de la designación por la dirección nacional del nuevo equipo dirigente de Cs en Murcia.

La Gestora quería tener a Gómez de su lado (a fin de cuentas, como dirigente local de la capital, debe contar con cierta 'base' de militantes, aunque en esta crisis se les perciba ausentes o tal vez expectantes), y esto por mucho que se trate de una personalidad por la que la propia Martínez Vidal, en conversaciones privadas, o no tanto, no muestra precisamente simpatía. Gómez, en Cs, es el prototipo de esa figura sobre la que se suele decir: «Es Tal, pero es nuestro Tal». Eso, mientras es útil; en el caso del portavoz capitalino, una vez que se ha pasado de la raya, ha dejado de ser útil y empieza a ser algo más que molesto, pues clarifica su propia situación mediante inoportunos retuiteos, evidentemente delatores: «Abogadaaa...».

El liderazgo de Martínez Vidal sobre la Gestora que facturó el exresponsable de Organización nacional Fran Hervías es obvio, a juzgar también por lo que expresa en Twitter. Véase: «Gracias a mis compañeros de Gestora Jero Moya y David Sánchez, a nuestro portavoz Juanjo Molina, a los 14 de Inés y a todos los afiliados y simpatizantes de Cs RM por dedicar tantas horas de trabajo a nuestro proyecto». Así llevan una temporada entre los cuatro (la consejera, los dos de la Gestora y el portavoz parlamentario), dándose pomada unos a otros, como si no hubiera nadie más en Cs. Han formado un club para constituirse en directorio.

Obsérvese la ausencia (Twitter es enormemente delator) en este tráfico de mermelada de la otra miembro de la Gestora, Valle Miguélez. ¿Por qué no la nombran, dónde está, qué hace? ¿Ella no merece ningún reconocimiento en ese trabajo entregadísimo de la Gestora? Ni se la menciona porque desde hace tiempo ha dejado de ser favorita de Martínez Vidal. La jefa en funciones hace tiempo que le puso la cruz. Miguélez está confinada en la isla de Elba, y no me pregunten la causa, pues tampoco es la cosa como para ponerse a investigar. En algo habrá incomodado a quien necesita en cada tramo un enemigo o enemiga exterior o interior. Llama la atención, eso sí, que la primera aparición pública de Martínez Vidal como militante de Cs, tras su salida del PP, se produjera de la mano de Miguélez en una foto de ambas, felices y contentas, en Twitter (otra vez Twitter). Pero, por lo visto, la madrina ha caído en desgracia, y ahora, de una Gestora de tres, solo se habla de dos: Jero y David.

(Por cierto, el mentor de ambos, el mencionado Hervías, también ha firmado en Twitter, tras ser desterrado a senador autonómico por Andalucía, que «voy a dejarme la piel». Podría ser un chiste andaluz, pero parece que lo dice en serio: ¿Dejarse la piel en el Senado? El único que lo hizo literalmente se llamaba Cicerón, y han pasado años. ¿Hasta dónde pueden llegar los intentos de tomadura de pelo a la ciudadanía cuando sabemos que ese destino consiste en una puerta giratoria para agradecerle sus fechorías, cobrada además con un cargo para su mujer en la Junta andaluza?).

Los vaivenes de la Gestora regional de Cs sobre el caso Mario Gómez se explican por el hecho de que éste ha injertado un 'chis' en la muñeca de Jero Moya, con la misma técnica de las Fuerzas del Mal, tan de moda. Moya no puede exigir a Gómez la marcha atrás de su pacto con PSOE y Podemos porque la fonoteca del portavoz lo comprometería en la operación. El problema es que este asunto desborda lo local. Hace unos días, coincidiendo con la reunión de los comisionados del PP y Cs para abordar esta crisis, tomó tierra en Murcia Antonio González Terol, responsable nacional de pactos de la dirección del PP, y desde entonces se han venido prodigando a diario las llamadas y mensajes entre las distintas direcciones nacionales de ambos partidos. En la central de Cs tienen miedo de que Murcia sea identificada como Wuhan, el punto de origen de una pandemia política que se extienda por otras ciudades y hasta Comunidades y ponga patas arriba la estrategia de los actuales acuerdos de gobernación, y esto sin que el equipo Arrimadas haya considerado un giro de estas características. La capital murciana podría provocar un efecto contagio en otras plazas en las que los pactos PP-Cs sufren de fragilidad, incluso para el propio caso de Moya, quien firmó con el PP un pacto en Cehegín por el que adquirirá la condición de alcalde dentro de un año cuando el actual regidor popular le dé la vez. Es poco probable, pues, que el PP lo haga alcalde de su pueblo si, por su inacción, pone en dificultades a Ballesta en la séptima capital de España. Véase lo enrevesado de la situación.

La solución consistiría en mostrar ejemplaridad decapitando a Gómez, pero éste parece disponer de recursos para desmontar a Cs en la misma antesala en que ese partido se propone exhibir una imagen de recomposición con una nueva dirección, cuyos aspirantes (Martínez Vidal y su Gestora) están controlados con los 'chis' que les ha inyectado el portavoz municipal.

Por cierto, Twitter nos sigue ilustrando sobre Cs sin que ninguno de sus dirigentes haga alusión en esa red a la inminente designación de sus nuevos dirigentes territoriales ni, por supuesto, al caso Mario Gómez. Esta última semana, el partido ha hecho una discreta campaña de imagen sobre precisamente el cumplimiento del primer año de los pactos con el PP en los Ayuntamientos de España en que le ha sido posible cogobernar. Y digo discreta campaña porque seguramente los dirigentes del partido han considerado que la situación sanitaria y económica no ofrece el contexto adecuado para la propaganda política directa. Pero a pesar de todo han elaborado un vídeo en el que se suceden imágenes de los municipios en que gobiernan. Como el país es muy extenso, deben haber considerado que cada Comunidad debía aparecer representada por algún municipio emblemático, pues sería imposible reseñarlos a todos. ¿Qué municipio murciano aparece en el vídeo? Habida cuenta de que Cs gobierna en los tres más importantes de la Región (Murcia, Cartagena y Lorca) cualquiera de ellos habría sido significativo. Pues bien, han elegido (¡tachán!), el de Cehegín, precisamente del que será alcalde los dos últimos años de mandato municipal el portavoz de la Gestora, Jero Moya. ¿Y quién se apresuró a retuitear ese vídeo? Ella, claro, y más cuando en una de las fotos aparece un alto cargo de su consejería.

Todo estaba atado y bien atado, pero Mario Gómez, después de su consentido arrebato, no se presta al suicidio político y amenaza con activar el 'chis' que se puede llevar por delante a todos. Como dice una amiga mía, por nadie pase.