Se celebra hoy en la Asamblea Regional la segunda sesión del debate sobre el Estado de la Región, el más importante del año legislativo junto con el de presupuestos y que, sin embargo, suele dejar como resultado más intenciones y deseos que compromisos firmes. De hecho, buena parte de las resoluciones aprobadas en el último debate celebrado en 2018 podrían, dado su grado de incumplimiento, volver a presentarse de nuevo.

No obstante, este debate de hoy se produce en un momento especialmente delicado. A los problemas ya crónicos de nuestra región, se unen ahora los derivados de la Covid-19, por lo que quizás debieran servir estas sesiones parlamentarias para detenernos a pensar, con mayor profundidad y perspectiva, hacia donde queremos dirigir la recuperación social y económica que necesariamente debe implicarnos a todos/as. Y en esto ya hay algunos consensos sociales que deberían quedar reflejados en las resoluciones que finalmente se aprueben como resultado del debate.

Así, nadie duda de la necesidad de reforzar los servicios públicos, superando los recortes de otros tiempos y apostando por una fuerte inversión en Sanidad y su Atención Primaria; también en Educación, mejorando recursos humanos y materiales, infraestructuras y apoyo a la formación del profesorado; en Dependencia, con un cambio en el modelo de la atención residencial para mayores y la ampliación de la disponibilidad de servicios; y en Servicios Sociales considerando como derechos subjetivos todas sus actuaciones y programas.

Un segundo consenso social es el de la necesidad de afrontar un proceso de transición ecológica y de lucha contra los efectos del cambio climático que nos permitan preservar un medio ambiente sin contaminación.

Y, finalmente, un tercer consenso social a alcanzar es el relativo a la necesidad de fortalecer los mecanismos de reparto de la riqueza que genera el sistema productivo, es decir, los salarios y las pensiones, a la par que se asegura la protección de los más vulnerables (personas en riesgo de pobreza y exclusión social, víctimas de violencia de género, migrantes, etc.).

Queda pendiente el consenso sobre el modelo productivo en el que queremos basar el desarrollo económico de esta región que necesariamente tiene que estar en consonancia con los consensos anteriores. Como apuntes anotemos una apuesta por la reindustrialización regional con fuerte inversión en I+D+i, la reconversión agrícola (Trasvase y uso del agua incluido) y apuesta decidida por la transición energética verde. Veremos.