Siempre he pensado que los ciudadanos nos eligen para que nos entendamos, para que acordemos y consensuemos. Eso es lo que he defendido y he tratado de llevar a cabo desde que estoy en política. Si desde el ejercicio de nuestra responsabilidad pedimos a los ciudadanos que se entiendan y respeten, que prioricen sobre aquello que los une y se alejen, en lo posible, de lo que los divide y enfrenta, me pregunto si es esto lo que realmente estamos haciendo en política.

El conmigo o contra mí no creo que sea el mejor ejemplo que debemos dar a los ciudadanos a los que pedimos unidad. ¿Tan complicado resulta que nos apliquemos la misma receta que damos a los demás? Creo que no, y menos aún en un momento tan difícil y complicado, en el que la sociedad necesita y reclama respuestas firmes, desde la unidad y el consenso. En un contexto sin precedentes como el que estamos viviendo, deberíamos saber aprovechar la gran oportunidad de trabajar juntos en la consecución de un mismo objetivo que no es otro que el bien común.

Lejos de esta realidad vivimos un momento que nos obliga a recapacitar, a tomar impulso. En mi opinión, es el Gobierno el que debe asumir el liderazgo para trabajar por el diálogo y el consenso que nos demanda la ciudadanía.

Precisamente, en esa línea, y en mi condición de primer teniente de alcalde escribí al alcalde de Murcia lo siguiente:

«Tenemos una enorme oportunidad que no podemos desaprovechar. Nunca hemos tenido tan cerca que gobierno y oposición de forma sincera, unidos y con total lealtad, trabajen en la misma dirección y con el mismo objetivo».

«Esta crisis tiene que sacar lo mejor de todos los que servimos a este Ayuntamiento, dejar políticas oportunistas y partidistas al margen y centrarnos los 29 concejales en dar la mejor respuesta a nuestros vecinos».

«Los únicos intereses que deben prevalecer son los de todos los murcianos y murcianas que están padeciendo, con enorme valentía y comportamiento ejemplar, esta pandemia y sus consecuencias. Nos han dado una lección magistral y nos han mostrado el camino. Nos quieren a todos unidos y se lo debemos».

«Espero que nadie quiera ver en esta convocatoria algo distinto a lo que realmente es. Una oportunidad de unirnos todos, gobierno y oposición, en este importante objetivo».

Lo que ha ocurrido después, incluido el linchamiento sufrido, está escrito en los medios y redes sociales. A pesar de todo esto, mientras siga en política, defenderé el diálogo, el acuerdo y el cumplimiento de la ley. En situaciones como la actual, siempre tendré claro que lo importante es trabajar al unísono, con todos los concejales de la corporación en beneficio de Murcia y los murcianos.

Termino reiterando la idea que trasladé al alcalde de Murcia en el correo que le remití: «Tenemos una enorme oportunidad que no podemos desaprovechar. Nunca hemos tenido tan cerca que gobierno y oposición de forma sincera, unidos y con total lealtad, trabajen en la misma dirección y con el mismo objetivo».

Ahora debemos elegir: seguir con el linchamiento o ponernos a trabajar todos juntos en el Plan de Reactivación Socieconómica de Murcia que busca la integración de todos los grupos políticos de la corporación. Un documento abierto a las aportaciones de todos, sin excepción, tal y como manifesté públicamente.