Lo de López Miras no puede acabar bien. A fuerza de repetir tanta mentira y distorsionar tanto la realidad para que su figura, no ya la de su Gobierno, aparezca como la del héroe providencial que nos ha librado de los efectos más negativos de la pandemia y nos va a librar también de la recesión económica que se cierne sobre nuestra cabezas, terminará creyéndose que no existe otra realidad que la que él imagina, y eso en una persona con su responsabilidad no deja de ser un peligro.

Señal evidente de lo que digo es la entrevista dominical del pasado 7 de junio, en la que el presidente 'se vino arriba' perdiendo todo rigor, prudencia, equilibrio y mesura en los análisis, cualidades todas ellas necesarias para un buen gobernante.

No dedicaré espacio (dispongo solo de 400 palabras) a desmentir toda la sarta de irrealidades que llenan un relato fantástico y parcial (en esto consiste el truco) del presidente regional sobre cómo previno, advirtió, decretó confinamientos, suspendió clases y restringió visitas a las residencias de mayores antes que nadie.

Pero decir que su Gobierno ha tomado decisiones valientes y con perspectiva mientras que la Administración central ha mostrado una 'incapacidad sobrada', poniendo como ejemplo que han resuelto prácticamente el 100% de los ERTEs y que es el Gobierno central el que no paga las prestaciones desde marzo a los más de 80.000 trabajadores, es una prueba más que evidente de que López Miras ha traspasado el espejo de la casa de Alicia y ya no sabe cómo retornar. Veamos algunos datos:

La Región de Murcia registró 85.000 trabajadores/as acogidos a ERTEs que ya han cobrado la prestación, salvo 400, según afirma el director general del SEPE unas páginas más allá en el mismo diario de su entrevista.

Recordemos también que estos trabajadores/as no consumen días de paro y que sus empresas están exoneradas del pago de las cuotas a la Seguridad Social sin que aquéllos pierdan días de cotización. Añádanse a esto, 40.968 autónomos que han cobrado también su prestación por cese o disminución de la actividad en nuestra región, los 20,5 millones del Plan Estatal de Vivienda para ayudas al alquiler, 9,3 millones para gasto social, 200 millones del fondo no reembolsable y las más de 20.000 familias que puedan optar al Ingreso Mínimo Vital.

¿Incapacidad sobrada? Un poco de rigor.

Despierta, Fernando.