Todos, desde nuestra infancia, debemos ir adquiriendo clara conciencia de que los problemas ambientales no conciernen solo a la naturaleza sino, sobre todo, al ser humano. Y es que nuestro planeta está sometido a grandes problemas ambientales, que necesitan una acción humana urgente y coordinada. Hasta el punto de que el desarrollo sostenible se ha convertido quizá en el gran reto de nuestra época.

Un desarrollo que debe basarse en soluciones y alternativas que busquen un equilibrio entre la igualdad social, un desarrollo económico sostenible y un respeto a las limitaciones ambientales de los ecosistemas que componen la biosfera. Echemos la vista atrás para analizar y reflexionar sobre el camino que se ha recorrido, identificar los errores cometidos, y sobre todo definir nuevas líneas estratégicas que nos permitan avanzar hacia una sociedad ambientalmente más sostenible.

El Gobierno regional, con la elaboración del Decreto Ley de Protección Integral del Mar Menor, el Plan de gestión integral de los espacios protegidos del Mar Menor y la franja litoral mediterránea de la Región de Murcia, el Plan de Recuperación Ambiental de Suelos Afectados por la Minería, o la Estrategia regional de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático, entre otras medidas, demuestra un claro compromiso por contribuir a transitar de una forma más rápida y activa hacia ese ineludible escenario de sostenibilidad social, económica y ambiental.

Además, el Consejo de Gobierno ha aprobado en su última sesión declarar a la Región de Murcia en situación de emergencia climática y ambiental, lo que se concreta en un conjunto de medidas para combatir los efectos de la subida de las temperaturas, la escasez hídrica o el aumento de fenómenos meteorológicos extremos. Se definen quince líneas que se desarrollan en la Estrategia, y que conllevan una serie de iniciativas encaminadas a cumplir con el doble objetivo de reducir en un 26% las emisiones de gases de efecto invernadero en el horizonte de 2030 y de adaptar la Región a las nuevas condiciones que impone el cambio climático.

Entre las medidas de aplicación inmediata, cabe destacar la integración de las consecuencias del cambio climático en los grandes planes y proyectos de la Región, el impulso de medidas concretas para la mitigación y adaptación en el ámbito local, la inclusión de medidas en el planeamiento urbanístico para evitar incrementar cada año las emisiones de CO2 o el apoyo a la formación y concienciación sobre el cambio climático en la enseñanza.

En este último aspecto, estamos convencidos de que la inversión más productiva que se puede realizar para hacer frente a los problemas ambientales y de insostenibilidad es apostar por las personas y el poder de iniciativa y de cambio que atesoran. En cada acto, en cada decisión que adoptamos en nuestra vida, debemos optar por las actuaciones más sostenibles y respetuosas con el entorno en el que vivimos y del que formamos parte. La crisis ambiental persiste y la necesidad de actuar es apremiante.

De ahí nuestra propuesta al Gobierno regional para que elabore y desarrolle una estrategia de educación ambiental para la sostenibilidad de la Región de Murcia, que se basaría en el cumplimiento de diez objetivos generales. Porque queremos contribuir a la construcción de un nuevo modelo de sociedad basado en los principios de la sostenibilidad, apoyar el desarrollo de una ética ambiental que promueva la protección del medio desde una perspectiva de equidad y solidaridad y fomentar entre los niños el conocimiento de la biodiversidad y los espacios naturales de la Región de Murcia.

También debemos favorecer desde las aulas el conocimiento de la problemática ambiental que afecta tanto al propio entorno como al conjunto del planeta, así como de las relaciones entre ambos planos: local y global, además de promover prácticas y modos de vida sostenibles en los distintos contextos vitales, basados en la utilización racional y solidaria de los recursos, así como en el disfrute respetuoso del medio ambiente.

La Educación Ambiental, Educación para el Desarrollo Sostenible, ha de ser sin ninguna duda una herramienta clave y fundamental que propicie que el niño evolucione a un adulto con capacidades de adoptar en su vida cotidiana medidas ambientalmente sostenibles. Personas educadas en la sostenibilidad ambiental apostarán por aplicar soluciones sostenibles en su día a día. Hagámoslo posible.