La diputada María Marín (Podemos), presenta hoy en la Asamblea Regional una importante moción que insta al Gobierno regional a declarar el Estado de Emergencia Climática y a adoptar medidas contra el cambio climático en nuestra región, iniciativa siempre oportuna que trata de alertar al Gobierno regional del deber que tiene de «reconocer Ia gravedad de esta amenaza y promover compromisos vinculantes y efectivos para reducir sus causas e impactos».

A las situaciones ya crónicas en nuestra región como la degradación de entornos naturales (como el Mar Menor), la contaminación de suelos por efecto de la minería, industria o agricultura intensiva y el empeoramiento de la calidad del aire, hay que añadir también los efectos ya perceptibles del cambio climático: aumento de temperatura superficial del Mediterráneo, reducción del agua disponible (un 25% menor desde que existen registros), lluvias torrenciales cada vez más intensas y frecuentes, intensificación de los periodos de sequía, pérdida de biodiversidad, deterioro de espacios naturales y sistemas ecológicos y, además, el impacto directo sobre la salud de las personas.

La dimensión e importancia de este problema nos debe preocupar porque no hablamos de posibilidades que pueden concretarse en un futuro próximo, hablamos de puras y duras realidades que ya forman parte de nuestras vidas.

Así, cuestiones como la descarbonización de la economía, la transición hacia el pleno autoconsumo eléctrico proveniente de energía 100% renovable, la reconversión del modelo agrícola, del modelo de ocupación del territorio, del uso del agua y de la movilidad en nuestra sociedad, no solo son cuestiones ineludibles, sino prioritarias en toda acción política de cualquier gobierno. Esta es otra pandemia subyacente que se mueve como un mar de fondo y de la que solo se aprecian sus efectos esporádicamente, hasta que ya es demasiado tarde.

Por desgracia tenemos un Gobierno regional poco comprometido con estos problemas (su acción de gobierno y las leyes que aprueba así lo demuestran continuamente), plegándose, además, no solo a grupos de poder cuyos intereses quedan lejos de esta problemática, o son incluso contrarios a la misma, sino también a grupos políticos como Vox que se sitúa en la Edad Media respecto a estos temas presumiendo de un pensamiento negacionista del cambio climático.

Pero, como sucede con todos los derechos, y disfrutar de un medio ambiente saludable lo es, la sociedad debe conquistarlos por el procedimiento habitual que no es otro que movilización y más movilización.