Pues, miren, que estaba yo leyendo un periódico de tirada nacional, cuando, en la sección de Economía y Trabajo, me encuentro con una pequeña información, como de 1/8 de página par, en la que se da cuenta de unos nombramientos para el consejo de administración de la empresa Enagás. Los nombres de los nuevos consejeros les van a sonar a ustedes tan familiares como a mí, así que he decidido ocuparme hoy de estos seres humanos que andaban por ahí, perdidos y casi olvidados en el mundo de la política y que por fin han encontrado un lugar donde desarrollar sus muchas cualidades para el mundo empresarial, que yo desconozco, pero que deben ser muchas, dado el chollo que les ha caído encima por toda la jeta.

Se trata de dos socialistas de muchísimo pro: José Blanco y José Montilla, el primero ministro que fue de Fomento, y el segundo ministro que fue de Industria y expresidente de la Generalitat, cuyas posibles aportaciones tanto científicas como experimentales seguro que servirán para que esta compañía suba como la espuma si es que eso es posible porque ya está muy arriba. También ha entrado Cristóbal Gallego, un ingeniero próximo a Podemos.

Si tienen ustedes interés pueden consultar en Internet las trayectorias de estos nuevos consejeros porque ahí está todo. En lo político, los tres tienen el rabo absolutamente pelado porque están en ello desde que les salieron pelillos en el bigote y se han mantenido en unas cosas y otras durante decenas de años, llegando los socialistas muy arriba como todos ustedes saben, y el de Podemos asesorando a la cúpula de su partido y firmando manifiestos en contra del uso del gas, fíjate tú qué drama.

Y, bueno, se preguntarán ustedes con preocupación lógica: '¿podrán estas personas salir adelante con lo que les paguen en ese trabajo?' Pues la respuesta es que sí, estén ustedes tranquilos porque lo he mirado, yo también estaba preocupado.

Por ser consejeros, nada más que por serlo, se le pagará a cada uno 100.000 euros anuales, la cama aparte y digo lo de la cama, porque, si además de 'ser', asisten a las reuniones del consejo se le pagará hasta 30.000 euros en dietas.

Y, si pertenecen a una comisión, que todos pertenecen a una o a varias, cobrarán 25.000 euros por cada una, y ya, si asisten a estas comisiones, cobrarán 5.000 euros más, y si son presidentes de alguna, otros 15.000, y, si los hacen 'consejero coordinador' otros 15.000 más. Ya ven ustedes que no creo que yo que tengan problemas para llegar a fin de mes.

Y ¿cómo han entrado en este consejo estas personas? Pues ha sido a propuesta de la presidenta de Nombramientos y Retribuciones, la exministra de Exteriores con el Partido Popular, Ana Palacio. Y, ¿se encontrarán solos, los pobres? Pues no, allí se verán con Isabel Tocino, exministra del PP, y con Antonio Hernández Mancha, líder nacional que fue del Partido Popular antes de José María Aznar.

Y, ahora, el primero que hable de puertas giratorias en la política tendrá que vérselas conmigo. Porque yo mismo también estuve en un cargo de designación política como consejero en el Consejo Social de la Universidad Politécnica de Cartagena durante nueve años. Y bien es verdad que los dos primeros no me pagaron nada, pero a partir de ese momento y hasta el final de mi mandato me abonaron la gasolina de ir de Murcia, donde vivo, a Cartagena para las reuniones, así que salía por unos cien euros cada dos o tres meses, y muy bien que me venían.

Ahora, en serio. Es que se te caen los palos del sombraje. De verdad, que se te caen.