Es verdad, los españoles somos únicos para inventar palabras, frases o ideas. Y mientras sean en castellano me apunto; lo que rechazo son los anglicismos para decir lo mismo que se podría decir en nuestro bello idioma. La ironía o el juego de palabras es otra de nuestras características. Desde usar un ‘vaso de llegó’ en lugar de un ‘vaso de vino’, ,del inigualable Quevedo, hasta la menos brillante frase usada en el Plan para la Transición a una ‘Nueva Normalidad’, del ministerio de Sanidad. El caso es que todos lo hemos entendido, y me vale.

Pues bien, esta nueva normalidad también va a llegar al mundo del Derecho, concretada en menos presencialidad y más teletrabajo. Si se quería llegar a ‘papel cero’ en la Justica, se va a lograr de esta manera futura. El expediente digital ya está funcionando hace tiempo en nuestra Comunidad autónoma, a efectos de dar y recibir notificaciones en los procesos judiciales. Por su parte, los abogados ya han dado el paso para acelerar su migración hacia las publicaciones electrónicas y no solo de los procesos judiciales, sino también hasta de los libros de lectura y, por supuesto, en materia de firma digital, ya implantada a todos los niveles administrativos y bancarios.

Esto va a ser bueno para la celeridad de los procesos judiciales que se vaticinan van a aumentar como un sunami, tras el confinamiento por Real Decreto ordenado. Las cuestiones mercantiles, sobre todo los concursos de acreedores (el ministerio de Justicia prevé unos 50.000), los procesos laborales, sobre todo los expedientes de regulación de empleo y los despidos, así como los divorcios, son los litigios que más se van a producir. Los concursos dichos y los despidos, tienen su explicación con el parón económico sufrido durante tanto tiempo.

Pero, ¿por qué los divorcios? No niego que tras el mes de agosto, por excelencia el de vacaciones, menos este año, las crisis matrimoniales se acentúan, por lo que sería lógico que tras tres meses de convivencia constante y permanente, crezcan. Sin embargo, si es verdad que las desgracias unen deberían haberse solucionado muchos de los problemas conyugales o de pareja pendientes. El caso es que parece que no es así, lo que me hace pensar que esos matrimonios o parejas, solamente subsistían porque no se veían y ambos tenían sus respiraderos fuera de casa. Qué pena que se aburra una vida por razones económicas o por el qué dirán, pero cada uno tiene sus razones en las que no me voy a meter.

Los guerreros de terracota del emperador Qin Shi Huang ya se han puesto nuevamente en pie de guerra en Xi’an, esta vez para dividir el amor quebrado por la pandemia en China. Y como los sentimientos de confusión, ansiedad, estrés y miedo, de los que habla la Organización Mundial de la Salud (esa a la que nadie le hizo caso en su momento, ni en EE UU, cuyo presidente aún no se lo hace), no son exclusivos de China, han llegado también a España y la ola de divorcios y las peticiones judiciales para rebajar las pensiones de alimentos se van a disparar, con los mismos jueces, los mismos medios personales y materiales y el mismo déficit presupuestario para la Justicia. En el mes de junio lo sabremos, que es cuando el Consejo General del Poder Judicial publica la estadística de demandas de disolución matrimonial.

La nueva normalidad puede quebrar en estos casos, transformándose en nueva vida. Si eso será bueno o no, lo veremos en un futuro. Pero mientras tanto, deberíamos ir preparando a los juzgados para dar respuesta adecuada y rápida a las necesidades de los trabajadores, los empresarios, la economía y los divorcios.