Corría el inicio del siglo XX cuando Miguel de Unamuno y José Ortega y Gasset se enfrascaban en una disputa intelectual en torno a la españolización de Europa o la europeización de España cuando, atribuida al primero en el artículo a manera de diálogo El Pórtico del Templo, uno de los personajes manifestaba: «Que inventen ellos y nosotros nos aprovecharemos de sus invenciones».

La frase, utilizada para interpretar el retraso tecnológico y científico nacional, a la zaga de una segunda revolución industrial que se extendía por Europa y Norteamérica, sigue imprimiendo hoy determinadas voluntades en la Administración.

La pandemia ha dejado hecho un solar el turismo regional que emplea de forma directa a unos 45.000 trabajadores y genera casi un 12% del PIB. Cada año recibíamos 5,7 millones de visitantes de los que un 20% eran extranjeros.

Pues bien. En otras autonomías con esta actividad de un mayor peso se lleva trabajando, desde que se decretó el Estado de Alarma y se produjo el confinamiento de nacionales y el veto a los internacionales, en fórmulas para atraer de nuevo a los que puedan, queden y quieran venir este verano.

En Canarias, Baleares o Valencia se piensa en nuevos formatos y paquetes que revolucionen el atractivo turístico. Allí se oye hablar a los hosteleros y sus gobernantes, de cualquier signo político, de protocolos que sumen y diferencien la oferta del mero hecho de que el cliente se sienta seguro.

Ya se supone que todos los competidores ofrecerán tranquilidad y protección sanitaria.

Los responsables turísticos en esos territorios han contactado con turoperadores nacionales y europeos, han acudido a instancias de la Unión en Bruselas ofreciendo pruebas piloto de corredores aéreos protegidos, preparan viajes para una Alemania que advierte de que a partir del 15 de junio enviará nacionales a quien se ofrezca a acogerlos con garantías. Se sabe también que la lucha por hacerse con el veraneante español será encarnizada.

En Andalucía se ha dado un vuelco a la legislación que tiene que ver con el sector para hacerlo más competitivo y ponérselo más fácil a emprendedores y empresarios ya asentados.

Y en la Región... Bien es verdad que hay diez millones de euros destinados a sufragar la prevención del contagio en bares y hoteles. ¿Algo más que nos posicione en esa reñida competencia con quienes nos disputarán los turistas? ¿Sabemos cómo llamar la atención de quien va salir de casa? Que inventen otros.