Que la realidad no te estropee una buena noticia. Una frase que, no sé si es un bulo o una verdad, se estudia en Periodismo y, lo que es peor, si se practica o no. En mi opinión, tal y como están las cosas, contrastar las noticias suele ser la tónica general de nuestros medios de comunicación. Es más, a veces, la verdad se dice y como no se puede probar cae algún que otro reproche, incluso judicial. Pero lo que está de moda son los cotilleos, y si no son verdad, da igual, pues ya han sido difundidos. Calumnia, que algo queda, rezaba el aforismo castellano. A veces, se piensa que como es una empresa, cuya finalidad es ganar dinero, la ética no importa con tal de que se llenen las arcas económicas. Que si fulanito/a ha dejado a su mujer o marido, por cuernos. Que si menganito/a se ha peleado con su familia por la herencia. En fin, lo que se lleva en alguna cadena de televisión especialmente. Por eso, me llegó al alma ese wasap que va circulando por las redes sociales que dice que menos mal que el coronavirus ha llegado con esta generación. Si vuelve otra pandemia dentro de unos años, no quiero pensar que sean los youtubers e influencers quienes nos tengan que sacar de ella.

Y ha sido precisamente la expansión de este virus lo que ha puesto en pie de guerra la posibilidad de castigar penalmente la mentira intencional, para crear un perjuicio normalmente irreparable. El Código Penal no tipifica expresamente la difusión de bulos como delito. Solo la difusión de falsas noticias si fueron intencionadamente difundidas a sabiendas de su falsedad. Y si la difusión falsa no fue intencionada, pero causaron un perjuicio, éste sería reparable civilmente. Lo que más se acerca a un delito de bulo es el articulo 561 del Código Penal, que castiga hasta con un año de cárcel a quien afirme falsamente o simule una situación de peligro para la comunidad, provocando una movilización de los servicios de policía, asistencia o salvamento. Está pensado para la falsa amenaza de bomba o el bulo sobre que faltan ciertos productos.

Pero esos preceptos no resuelven dudas. Por ejemplo, si son o no bulos que el vicepresidente ha dejado a su mujer por otra persona. Es un bulo que el Gobierno ya sabía con anterioridad todo este asunto del virus y no adoptó las medidas precisas, como la de abastecer a los servicios médicos primero y a la población en general después, de los medios necesarios para combatirlo, como mascarillas, guantes, trajes de aislamiento y aparatos para respirar, más camas en hospitales y en las UCIs. Es un bulo o no, que se han comprado mascarillas y aparatos en China a una empresa que no era legal. Es un bulo que Turquía se quedó con nuestros productos comprados en China, o es que en realidad se los adquirimos a Turquía y los retuvieron hasta que ellos estuviesen servidos. Es bulo el que algún político está recibiendo un trato diferente al resto de los ciudadanos, como mascarillas, guantes o test.

Evidentemente necesitamos una reforma del Código Penal para incluir los bulos que causen daño, a veces irreparables, pues ni esos artículos, ni el de las calumnias e injurias, ni el de incitación al odio o el de suplantación de la personalidad dan cabal respuesta a esta modernidad llamada fake neuws.

Así que, que con respeto siempre a la libertad de expresión que te permite quemar fotos del rey o cagarte en los sentimientos religiosos de una colectividad, sería bueno que los bulos malintencionados pasen por la taquilla del proceso penal.