El creador de la mítica The Wire, David Simon, acaba de estrenar una serie en la que se cuenta qué habría pasado si Estados Unidos no hubiera entrado en la II Guerra Mundial y la historia hubiera girado en una dirección distinta a la que lo hizo. Es una adaptación de la novela de Phillip Roth con el mismo título: La conjura contra América, y recrea cómo el fascismo se hace poco a poco con la vida social y cultural de un país hasta que llega finalmente a las instituciones.

Aquí, en España, no hace falta que nos planteemos qué hubiera pasado si los fascistas hubieran ganado la guerra; en qué clase de sociedad hubiéramos vivido o qué país habría resultado de una dictadura. Demasiado bien lo sabemos. O tal vez no. Tal vez lo estemos olvidando. El caso es que en España, a día de hoy, sería mucho más oportuno plantearnos ese mismo argumento ambientado en la crisis del coronavirus. ¿Qué hubiera pasado si Pedro Sánchez no hubiera ganado las primeras elecciones? ¿O si, como estuvo a punto de pasar, el Partido Popular y su marca negra hubieran sumado para arrebatarles el Gobierno en las segundas elecciones? Da vértigo, eh. Pero no se asusten. Vamos a responder a estas preguntas solo con la imaginación. Al menos, de momento.

En realidad, no hace falta imaginar mucho. Tenemos datos a nuestro alrededor para plantear una hipótesis más que plausible. Basta recordar la crisis de 2008, en la que el Partido Popular tiró de tijera en sanidad, en educación, en servicios públicos, y cómo provocó, entre otras cosas, la mayor fuga de cerebros que se ha visto en nuestro país desde la postguerra. Y si no quieren viajar al pasado, basta con prestar atención ahora mismo a Estados Unidos. Pensemos por un momento qué va a ser de los millones de norteamericanos que no tienen cobertura sanitaria o que tienen un seguro médico básico que no les llega para esta pandemia. Tenemos al otro lado del charco el modelo de sanidad que Vox, alto y claro, y el PP, en sordina, proponen para España. De modo que podemos mirarnos en el país de Donald Trump como si de un espejo de realidad alternativa se tratara para saber qué sistema sanitario tendríamos o qué decisiones políticas se estarían tomando aquí.

También es fácil saber qué estarían haciendo el resto de grupos políticos. En todos los demás países del mundo la oposición, de izquierdas o de derechas, ha cerrado filas para enfrentarse al coronavirus. Lamentablemente, también en esto Spain is diferent. Aquí Pablo Casado y Santiago Abascal han decidido echar más leña al fuego en mitad del incendio, y que sea lo que Dios quiera. En su particular visión de la política, la mejor manera de salir de una pandemia mundial es pedir la dimisión del presidente, utilizar a los muertos, confundir la gestión del Gobierno central con Comunidades autónomas como la de Madrid, donde el PP lleva décadas gestionando la sanidad, y poner en marcha una completísima batería de medidas que incluyen: atacar a los periodistas, la manipulación de imágenes o el lanzamiento de un millón y medio de robots virtuales para difundir bulos por internet.

Así que ya lo ven, no es difícil escribir el guion de La conjura contra España. Solo hay que mirar a nuestro alrededor, un poco al pasado, y usar el sentido común. Aunque hay una diferencia entre escribir un guion y hacer política. En el cine todo es ficción. En política determinadas ficciones están pensadas para hacerse poco a poco con la vida social y cultural de un país, hasta llegar finalmente a las instituciones.