La Región de Murcia continúa en plena lucha contra el COVID19 desde que se diagnosticase el primer caso en nuestro país el 31 de enero y el 8 de marzo en nuestra Región. Desde entonces y de forma previsible, la expansión de la pandemia ha ido in crescendo, al igual que los esfuerzos de toda la sociedad en su conjunto para detener los contagios y 'frenar la curva', que, actualmente, y según los datos facilitados por las autoridades sanitarias, parece evolucionar hacia la estabilización.

Tras muchos días de esfuerzos y con vista al trabajo que todavía nos queda por delante, desde el Colegio de Médicos de la Región de Murcia queremos transmitir algunos mensajes a los públicos a los que debemos la existencia y el trabajo de nuestra institución: nuestros médicos colegiados y los ciudadanos.

A nuestros colegiados queremos trasladarles nuestro apoyo incondicional y nuestro agradecimiento infinito. Sois el recurso esencial de la Sanidad, en todas y cada una de las situaciones de necesidad asistencial, desde todas las especialidades; más ahora, que nos encontramos, quizá, ante una de las peores emergencias que hemos vivido en los últimos 50 años; quizá más todavía cuando la crisis es sanitaria, es decir, que están en juego la salud y la vida de las personas. Sabemos que la salud es el valor más preciado del Estado del Bienestar. Tanto que, sin ella, el resto de posesiones o pertenencias pierden utilidad.

Conocemos, desde el inicio de esta crisis, la falta de material de protección en los centros sanitarios y hemos estado en contacto con las autoridades competentes para que no tengáis que trabajar, ni un día más, con equipos inadecuados que no garantizan poder desempeñar vuestras funciones bajo los niveles de seguridad laboral exigibles. Igualmente, desde las organizaciones profesionales estamos solicitando que se os faciliten, sin dificultades ni carencias, las pruebas diagnósticas necesarias.

Actualmente, un porcentaje muy preocupante de sanitarios (en la Región de Murcia ronda, aproximadamente, el 16% de contagios totales) ha resultado o está resultando contagiado por no contar con las medidas de protección que pudieran evitarlo. Incluso hemos tenido que lamentar la muerte de varios compañeros, tanto en nuestra Región como en otras comunidades autónomas. No podemos abandonar a su suerte a nuestra primera línea de fuego. No solo por la salud de los propios profesionales, sino por el peligro que implica para las personas de su entorno y porque, si nuestros médicos tienen que permanecer aislados por contagio o por riesgo del mismo, la situación de déficit crónico de profesionales que caracteriza a nuestras plantillas será, todavía, más insostenible. Sin médicos, el sistema se desmorona como un castillo de naipes.

A los ciudadanos, nuestro inmenso agradecimiento por quedaros en casa y cumplir con las recomendaciones de las autoridades sanitarias y las organizaciones profesionales. Cada ciudadano sois una necesaria gota de responsabilidad en un océano de compromiso. Insistimos en la necesidad de seguir acatando, sin fisuras, el aislamiento social que, si bien nos separa físicamente de nuestras familias y amigos, nos mantiene más unidos que nunca como sociedad.

Desde el Colegio de Médicos, también os trasladamos el compromiso de los médicos. Lo dice nuestro Código Deontológico: «La profesión médica está al servicio del ser humano y de la sociedad. Respetar la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de la salud del individuo y de la comunidad son los deberes primordiales del médico», y siempre nos encontrarás de tu lado para ayudarte, atenderte y ofrecerte todo nuestro conocimiento.

La profesión médica, en su totalidad, está a disposición de las autoridades sanitarias y de los Gobiernos que requieran de nuestra colaboración. Entendemos que esta lucha nos implica a todos. También para la toma de decisiones que, desde el punto de vista clínico, contribuyan a optimizar los recursos, cubrir las necesidades, minimizar los riesgos y, en definitiva, revertir la situación. Las organizaciones profesionales tenemos claro que el objetivo común, por encima de cualquier otro interés o conveniencia, es acabar con el virus y minimizar sus consecuencias en el ámbito que nos corresponde.

Me gustaría finalizar con un mensaje de calma y tranquilidad. A pesar del miedo y la incertidumbre, el cansancio y la preocupación, las dificultades y la magnitud de esta crisis mundial, nuestros profesionales están ofreciendo lo mejor de ellos mismos.

Por su parte, y a pesar de la crudeza del confinamiento, el temor a un enemigo desconocido y la inquietud de un futuro incierto, los ciudadanos están mostrando su cara más solidaria. Tras esta tormenta, como en todas, volverá a salir el sol.