Ayer vi el primer capítulo de una interesante serie documental sobre El Palmar de Troya. En este capítulo entrevistaban al murciano Ginés Jesús Hernández, quien fuera Papa de esta iglesia bajo el nombre de Gregorio XVIII; aunque no sé si la entrevista se la harían antes o después de entrar en prisión.

Recuerdo que nuestro paisano, bajo su pontificiado, prohibió a las mujeres vestir con pantalón, excomulgó a todos los que hubiesen visto Jesucristo Superstar e hizo santos a Francisco Franco y a Cristóbal Colón. Luego, de la noche a la mañana, renunció a su puesto de Santo Padre por amor y se fugó con una de sus monjas en el papamóvil (un BMW x7). Qué disgusto llevamos en Murcia con aquella renuncia: no todas las regiones pueden alardear de tener a un Papa entres sus hijos.

Pero ahí no cesó todo. Tan solo un par de meses después, continuó el escandalo: Sor Nieves (que así se llamaba la monja) posó desnuda en la portada de Interviú, mostrando el par de razones que habían convencido a Gregorio XVIII para colgar la mitra papal.

Y para colmo, un poco después, nuestro exPapa, tras ser sorprendido saltando los muros del enigmático recinto eclesiástico de El Palmar cuando iba en busca de la caja fuerte, apuñaló a uno de sus antiguos sacerdotes que le salió al encuentro, afeándole su actitud. Eso fue hace un par de años y no sé si aún continuará entre rejas. Lo que faltaba en la cárcel: al elenco de diputados, ministros, banqueros, duques… se une ahora todo un Papa.