Si conoces algún chismorreo de algún famoso contacta con nosotros, reza una de las cadenas de televisión con más maneras de fagocitar en este país. Lo que traducido al ciudadano de a pie, quién no ha sentido alguna vez la tentación de denunciar a alguien porque vive como Juan Carlos I y, sin embargo, no paga a Hacienda ni a sus proveedores o acreedores en general. Te tira para atrás que careces de pruebas eficientes, que es un amigo o familiar, que no quieres meterte en líos, o simplemente que eres un cobarde.

Pues amigo/a mío/a, ha llegado el momento de que lo hagas, sin miedo a represalia porque nadie lo sabrá. Eso sí, debe moverte el ánimo de solidaridad y nunca la venganza (esto es mío, no lo dice ni la ley ni Hacienda ni el Supremo siquiera). Cuantos más datos tenga la denuncia anónima, mejor para la Agencia Tributaria y mejor para todos los que pagamos impuestos. Así, quizás nos ahorraremos en un futuro otra amnistía fiscal, que fue un fiasco, pues solamente consiguió que se blanquera pasta. Casualmente por los más allegados a los que instauraron esta posibilidad.

El Tribunal Supremo en una reciente sentencia (cuyo ponente anduvo por nuestra Región hace algún tiempo dictando sentencias en Cartagena y que parece que ha cogido el gusto de asesorarnos en cuestiones tan importantes como ésta, al igual que lo hizo con los detalles para saber si alguien miente en juicio), confirma la pena impuesta, por un delito de estafa, por la Audiencia de Zaragoza: dos años de prisión a tres trabajadores de una empresa de reciclaje de chatarra y a dos proveedores, que acordaron valorar al alza el material que compraba la compañía. Consiguieron defraudar casi un millón de euros a la empresa, mezclando chatarra con estériles (materiales de desecho no reciclables), lo que llevaba a la empresa a pagar por chatarra convertible, desechos que se podían reciclar. Hacían descuento por estériles muy inferior a la cantidad que realmente estaba mezclada con la chatarra útil. Su origen fue una denuncia anónima que llegó a Recursos Humanos.

Todo ello viene, cómo no, vía Europa, que ha incluido un canal de denuncias interno en una Directiva 2019/1937 del Parlamento Europeo, para proteger a las personas que informen sobre infracciones del derecho de la Unión. Cualquier organismo público debe tener habilitado un sistema de denuncias anónimas y se puede acompañar documentos, fotos, audios, vídeos? La palma se la lleva la Agencia Tributaria, que recibe más de diez denuncias anónimas al año, de las que más de la mitad son investigadas y una cuarta parte acaban con sanción. Y de las que se archivan, se conservan los datos para un futuro. Hasta el año 1986 recibía el denunciante el 25% del importe de la sanción que se le imponía al denunciado. Recompensa que fue abolida y ahora se pretende reactivarla. Buena idea.

Pero no solo afecta a la Agencia Tributaria, porque también se efectúan denuncias anónimas por personas despedidas de su trabajo, por exparejas, por cuestiones económicas entre amigos? Y es que estas denuncias son recomendables, si eres tan cobarde para ocultarte tras un anónimo, o simplemente para no reconocer que tienes envidia. Pero, aún más, no crean que solo se denuncia por esas cuestiones, también hay bastante número de anónimos sobre delitos tecnológicos, drogas, homicidio, secuestro, explotación sexual o maltrato. O sea, que el anonimato no es tan malo. Y si encima el Tribunal Supremo lo ampara, ya no hay excusa si se tiene conocimiento de un delito o de cualquier infracción legal para ponerla en conocimiento de la autoridad competente.