Hoy estaremos en el Parlamento Europeo, donde vamos a defender, ante la Comisión de Peticiones, la revocación de la prórroga incluida en los Planes Hidrológicos del Segura que permite alargar la fecha para alcanzar el buen estado químico de las aguas del Mar Menor hasta 2027, en lugar de finales de 2015 (fecha establecida en su día por la Unión Europea), ya que esta prórroga solo está sirviendo para justificar la negligencia de unos y la dejadez de otros.

Sorprendentemente, la UE confía en que, tanto las medidas adoptadas por el Gobierno regional como las recogidas en los Planes Hidrológicos del Segura, junto a la financiación adecuada, incluida la europea, sirvan para hacer que las políticas dictadas por las directivas medioambientales se cumplan, alcanzando así el ansiado buen estado de la laguna en la fecha prorrogada. Ingenuos.

De las autoridades regionales ya sabemos qué podemos esperar y de los Planes Hidrológicos lo podemos intuir. Así por ejemplo, el primero de ellos (2009/15), solo aplicó el 12,8% de las medidas que contenía, confiando en que en el siguiente periodo (2015/21) se pondrían en marcha todas las medidas restantes. Sin embargo, en este segundo ciclo solo se han iniciado 17, y finalizado 7, de las 100 medidas que recoge, de las cuales 56 se consideraban prioritarias para alcanzar el buen estado de las aguas del Mar Menor.

Pero, además, el establecimiento de esta prórroga no cumple con el requisito que señala el artículo 4.4 de la Directiva Marco sobre el Agua, que la condiciona a que no se hayan producido nuevos deterioros de la masa de agua afectada, y en la fecha de aprobación del segundo Plan ya se conocía el empeoramiento del Mar Menor que finalmente derivaría en la sopa verde que afloró en el verano de 2016.

Por si fuera poco, el episodio de eutrofización de aquel verano activó mecanismos de liberación de nutrientes en el interior de la propia laguna, por la pérdida de vegetación bentónica y fauna asociada, que actúan como una bomba de relojería con efecto retardado agravando el proceso de deterioro de la laguna.

En resumen, se lanza una patada hacia adelante para no comprometerse en firme con las soluciones que necesita el Mar Menor, dejando al margen a la agroindustria intensiva.

«Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no la escucha». Victor Hugo dixit.