SITUACIÓN ACTUAL DE LA LAGUNA DEL MAR MENOR

El aporte de grandes volúmenes de nutrientes, fundamentalmente procedentes de actividades agrícolas intensivas del Campo de Cartagena, ha producido fenómenos de eutrofización de las aguas.

Todos sabemos a estas alturas que la acumulación de nutrientes ocasiona un desmedido crecimiento de organismos en el mar que, a su vez, provoca un escaso paso de luz y origina una falta de oxígeno, que añadido a la colmatación de fondos por arcilla y limos procedentes de las riadas da lugar a la muerte de la vegetación del fondo y luego de la vida animal. Por lo que, como consecuencia y a grandes rasgos, debido a esa falta de oxígeno, se liberan toxinas y un exceso de desechos.

Por otro lado, el aporte de grandes volúmenes de sedimentos (limos, arcillas...) por escorrentía, altera la naturaleza y composición de los fondos, la columna de agua y agudiza el fenómeno de colmatación de la laguna, en detrimento de la profundidad histórica del Mar Menor.

Como consecuencia, se hace imprescindible implementar una actuación integral que, además de establecer las inversiones previstas (vertido cero, filtros verdes...) conlleve la necesaria monitorización del Mar Menor.

Es necesario abordar las lagunas del conocimiento existentes actualmente sobre los distintos procesos de naturaleza: físicoquímicos, ecológicos, hidrológicos, hidrodinámicos, geológicos, etc, que sostienen la dinámica del Mar Menor, así como su interacción con la cuenca drenante y el Mar Mediterráneo.

La coordinación y cooperación interadministrativa es un pilar básico para poner en marcha soluciones integradas sobre un medio frágil, complejo y en el que confluyen multitud de usos, actividades y competencias.

Las nuevas herramientas de gestión, en elaboración por la Administración regional para el Mar Menor y su entorno, necesarias para una correcta gestión desde el punto de vista integral y una protección eficaz, deben considerar la naturaleza de las playas y zonas litorales existentes actualmente, así como sus necesidades: no olvidemos que más de un 13% del PIB de Murcia lo mueve el turismo y de éste, el 60% o más corresponde a La Manga y al Mar Menor, que es uno de los motores del crecimiento del empleo de la zona junto con la agricultura, y en expansión, ahora cercenada. En mis conversaciones de hace pocos años con los alcaldes y políticos, cuando era jefe de la Demarcación de Costas, les citaba que las cifras del turismo nacional eran aproximadamente: Cataluña tenía 19 millones de pernoctaciones; Andalucía, 16; Valencia, 12, y entonces, Murcia la ridícula cifra de 1,6 millones, por lo que el nicho de crecimiento de la actividad podía ser espectacular; eso sí, con un crecimiento controlado tanto paisajísticamente como en valor ecológico, tal como en Cataluña u otros lugares de costa ejemplares. Por lo que debe mantenerse la superficie de playa seca y reperfilado de fondos tras fenómenos de avenidas, que ya experimenté yo con bombas aspiradoras de draga vertical y horizontal, salvando las playas de Los Alcázares, con depósitos de arenas que formaban túmulos a unos 200 metros de la costa, procedentes de las riadas por fenómenos de avenidas como las DANAs actuales, y que salvaron el turismo del Mar Menor en la primavera y verano del 2017, para su uso y disfrute común.

Entre un 30%-40% de las playas del Mar Menor están en un entorno urbano. No debemos olvidarlo.

POSIBLES SOLUCIONES.

En las zonas de Ocupación Urbana:

Revisión de todas las instalaciones de saneamiento y aguas pluviales, pues se comprobó desde la Demarcación de Costas del Estado la presencia de bacilo coli en algunas playas, de lo que se dio cuenta a los organismos competentes. Esto debe evitarse haciendo una nueva red separativa de fecales y fluviales en la zona sur del Mar Menor.

Desvío de aguas en zonas altas a balsas y cauces naturales o artificiales cuyo destino sea la evacuación a depuradoras con destino al Mar Mediterráneo y construcción de tanques de tormenta bien dimensionados en zonas bajas, estancos, que eviten vertidos de suelo y agua dulce al Mar Menor. Consiguiendo además evitar el impacto de las escorrentías que desplazan las arenas de playa al interior del Mar Menor y modifican la naturaleza de los fondos.

Recuperación del DPMT (Dominio Público Marítimo Terrestre).

Construcción de paseos marítimos en servidumbre de tránsito con la retirada de instalaciones existentes de saneamientos y aguas pluviales de la playa. Es extraño comprobar en La Manga la falta de un paseo, que dinamizaría el turismo y repercutiría en beneficio de los negocios de restauración de la zona, sirviendo además de 'alojamiento' de la red de saneamiento que actualmente está en la playa seca y serviría de defensa de posibles inundaciones por temporales, incorporando así un borde marítimo de protección. Es un asunto prolijo que daría lugar a otro artículo.

Saneamientos y emisarios.

Tramitación conjunta por Ayuntamientos y Comunidad autónoma para la legalización de los emisarios marinos existentes que aún carecen de título concesional y que vierten al Mar Mediterráneo en el entorno del Mar Menor.

No obstante lo anterior, trasladar el problema de vertido a otra cuenca (Mediterráneo) no debe contemplarse como una solución finalista, sino como parte de una solución integral que deberá contener, entre otras, medidas de redimensionamiento de la producción en función de la disponibilidad de caudales, aplicación de buenas prácticas agrícolas en origen, tales como evitar caballones perpendiculares al Mar Menor, haciéndolo en paralelo para que retengan el agua de pequeñas o iniciales tormentas, conduciéndolas a balsas, que una vez llenas, se llevarían a depuradoras cuyo vertido último sea el Mar Mediterráneo.

Puertos.

Se trata de concesiones a las Comunidades autónomas desde el Estado, destacando que es obligación de los concesionarios su mantenimiento. Resulta necesario que se cumpla este cometido para reducir el actual impacto que está causando este incumplimiento, fundamentalmente en las zonas 'a socaire' de dichas infraestructuras, y abogar por una mayor permeabilización de las mismas.

Obras marítimas-espigones.

Existe un problema de inestabilidad de playas relacionado con la dinámica litoral y los avances producidos por las escorrentías en episodios tormentosos, que han modificado su perfil. Esto ocasiona la inefectividad de los espigones construidos, por lo que se propone como actuación prioritaria un estudio destinado a inventariar y estudiar la efectividad de estas infraestructuras marítimas en función de las características actuales de las playas a las que sirven de apoyo: dimensiones, perfiles de profundidad, dinámica litoral, etc, evaluando así la conveniencia de su mantenimiento, redimensionamiento o retirada.

Golas y canales.

Monitorización y mantenimiento de su calado, evitando su colmatación, favoreciendo el histórico e inmemorial natural intercambio de aguas entre Mar Menor y Mar Mediterráneo, respecto de sus cotas históricas o sonda de carta en aras de la seguridad de navegación, con lo que retomaría su calificativo de 'mar semiconfinado'.

Sabido es que actualmente existen cinco golas que comunican el Mar Mediterráneo con el Mar Menor: Marchamalo, Encañizada de la Torre, Encañizada del Ventorrillo, El Estacio y del Charco. Esta última, parcialmente cegada; la de Marchamalo, hecha por la mano del hombre como una concesión, y la del Estacio, ampliada para entrada y salida al Puerto Tomás Maestre.

Por lo que con anterioridad he comentado, las arenas procedentes de la Playa de la Llana (cerca de 100.000 metros cúbicos) se han ido depositando en perpendicular a unos doscientos-trescientos metros de la playa y en paralelo, ha habido una migracion de arenas constante que se han depositado a lo largo de la costa, especialmente en Las Encañizadas y El Estacio, las más próximas, haciendo que si diferenciamos las fotografías aéreas desde el vuelo Ruiz de Alda a final de la década de los 20, en el año 1929-1930 (vuelo fotogramétrico de la serie B para la Cuenca del Segura), el vuelo americano en 1956 de la Confederación del Segura, y sobre todo en el del año 2013, veremos que los fondos de Las Encañizadas van aumentando, hasta casi el cierre de las mismas desde el 2013 y progresivamente hasta la actualidad.

Se impone el dragado del aporte de arenas desde la playa de La Llana y su restitución a los calados históricos como solución natural en las golas, con intercambio de agua del Mar Mayor al Mar Menor y viceversa, que puede paliar la eutrofizacion tan acuciante de los ultimos años citados, como solución temporal.

Independientemente de que en condiciones óptimas del Mar Menor, no deben aumentarse calados más de los históricos, que ocasionarían variación de las condiciones de salinidad del Mar Menor y que podría constituir un delito ecológico, al alterarse la flora y la fauna autóctonas. Habría que estudiar qué nos queda ahora de esa flora y esa fauna después de los aterramientos de arcillas tras las recurrentes DANAs, que constituían el motivo fundamental del argumento de no dragar las golas. Ya que, según datos del IEO (Instituto Oceanográfico Español) cerca del 80% de las fanerógamas y algas han muerto, como se ha podido comprobar últimamente. Toda apertura debe ser controlada por personal experto de la Comunidad Autónoma que practique habituales controles de los parámetros que marquen la mejora o empeoramiento de las aguas del Mar Menor (clorofila, oxígeno disuelto, etc), marcados como óptimos por especialistas en la materia.

Quizás, con esta medida, ya experimentada en el año 2017, en manos de expertos y como solución provisional, se podría contribuir a la mejora en las condiciones de agonía extrema en la que se encuentra el Mar Menor.

En cuanto a la Gola de Marchamalo, debe citarse que desde que existen datos en censos, tanto los usuarios de embarcaciones de recreo, como las Cofradías de Pescadores han solicitado a la Demarcación de Costas el anual dragado de dicha gola para evitar su práctico aterramiento total, que evita el intercambio entre las aguas de los mares Menor y Mayor, habiéndoseles concedido en Gobiernos de ambos signos.

En el año 2017 se hizo por parte de la Demarcación de Costas un inventario del depósito de arenas en dicha gola, provocado por las entradas de arena del Mediterráneo, por los temporales de Levante y la migración de las del Mar Menor por los temporales de Poniente. Dicho inventario se cifró en 60.000 metros cúbicos de arena depositada desde que se construyó dicha gola, si bien habría que añadirle a estos 60.000 metros cúbicos, los ingentes volúmenes de arena extraída a lo largo de años anteriores. Estas extracciones no se llevaban a cabo por la Demarcación de Costas sino por los organismos solicitantes. Extracciones que se depositaban en el paraje del Vivero, para su disposición por parte del personal o empleados del litoral del ayuntamiento de Cartagena IMSEL, y cuya finalidad era la de paliar la carencia de arena de algunas playas de Cartagena por tormentas, para seguir con la actividad turística de la zona. Siempre como actividad controlada.

Cuando se originó la polémica acerca del dragado o no por la Demarcación de Costas de las golas en 2017, para sustituir la arena que hubo con anterioridad a las tormentas en las playas de Los Alcázares y de Santiago de la Ribera, San Javier y San Pedro, dada la gravedad de la situación se optó por el dragado de la primera parte de la Gola de Marchamalo, estimado en unos 20.000 metros cúbicos, teniendo especial cuidado (guiado por expertos del OISMA de la Comunidad autónoma) de no dañar especies protegidas como las nacras, ubicadas en un recodo de la segunda parte de la misma.

En esos días, invité a comprobar los posibles beneficios del dragado o extracción de la arena de la gola al decano del Colegio de Ingenieros de Caminos de Murcia. En una semana de un continuado viento de Poniente, observamos, celebrándola, la migración de infinitos filamentos verdes procedentes del Mar Menor en dirección al Mediterráneo. Al cabo de esa semana empezó a quedar cristalina el agua de la gola y se apreció una considerable mejora en las aguas turbias del Mar Menor ocasionadas por la DANA. Entonces, y por la premura de la emergencia aprobada en Consejo de Ministros para poner en valor las playas de los municipios citados, no se disponía de aparatos para medir los parámetros del agua del Mar Menor, lo que fue una lástima, para haberlos publicado.

Además, y no menos importante, el aterramiento de la Gola de Marchamalo, no reflejado en las Sondas de Carta, puede ocasionar accidentes por choque de las embarcaciones, principalmente motos acuáticas, con un grave peligro para la navegación por su falta de señalización. Parece que hubo un accidente mortal por ese motivo en los últimos años y en las Encañizadas otro, al tocar un catamarán un cable de alta tensión.

Así pues, como colofón, resulta necesario estudiar el hidrodinamismo, las series batimétricas históricas y la influencia de infraestructuras marítimas, tales como la del Puerto de San Pedro del Pinatar, construido en 1960, que han sido clave en los problemas, tanto de la playa de La Llana por la probable intromisión del Mar Mediterráneo en el ecosistema de las Salinas de San Pedro, estimado en un plazo cercano a quince años si no se remedia, como del propio Mar Menor, que sería motivo de otro artículo. Así como los posibles efectos de reducción de calados en origen y colmatación por fenómenos de transporte de arena como destino final, asociados a zonas en regresión y pérdida de arena como la existente en la Playa de la Llana.

Explotaciones salineras.

Sería eficaz una puesta en uso de las explotaciones salineras que se encuentran abandonadas, así como un correcto mantenimiento de las que se encuentran en uso. Además, podrían rehabilitarse para poner en valor turístico las zonas que actualmente están en un estado de abandono, sin contemplar su valor ecológico y paisajístico.

Contaminación de zonas mineras.

En las zonas de influencia minera como Mazarrón y La Unión, su falta de mantenimiento por el abandono de las mismas y el transporte de los minerales de lixiviados abandonados por su escaso valor económico, han ocasionado que las tormentas hicieran discurrir el flujo de metales pesados a través de las ramblas de Miranda, del Miedo, la Carrasquilla, Beal, Matilde y Ponce.

Desde hace muchos años estos metales se han depositado en las arenas de las playas del Mar de Cristal hasta Los Nietos, haciendo que dichas arenas sean consideradas de 'escasa calidad' para el baño, por lo que la mezcla con arenas procedentes de las golas, con contenido prácticamente cero de minerales pesados, mejoraría la calidad de las mismas, haciendo imprescindible un estudio de todas las arenas de dichas playas, en origen y destino, que ya se hizo en 2016-2017 en la Demarcación de Costas del Estado, señalando la conveniencia del beneficio mutuo de ambas actuciones (la extracción de arenas de las golas y su depósito en las playas del Mar Menor, desde San Pedro del Pinatar hasta la Playa de los Alemanes), con el visto bueno de la Cátedra de Edafología de la Universidad de Murcia, expertos en la calidad de las arenas del Mar Menor, así como de laboratorios expertos de Murcia y Alicante en dicha materia. Dicho Memorándum con la composición de la arena de todas las playas del Mar Menor, así como las de origen de la Gola de Marchamalo, fue entregado, a su petición, al Fiscal Jefe de Medio Ambiente. don José Luis Díaz Manzanera.

Otros.

Por la extensión, y para no abrumar con más datos al lector interesado en estos temas que son de vital interés para Murcia y el resto del mundo, citaré otro elemento pernicioso para el Mar Menor del que fui pionero en intentar solucionar hasta mi salida de la Demarcación de Costas, como es el fondeo incontrolado, que más adelante, si hay interés, se pude comentar en otro artículo.

Pérdida de playas del Mar Menor por cambio climático. Tan importante o más que los anteriores. Se empezará a hablar de ello en un futuro próximo. Que también sería objeto de otro artículo por la extensión que exige.

Viene del artículo 1.