Las Playas de La Llana tienen unos 3.306 metros de longitud. Van desde el Puerto Deportivo de San Pedro del Pinatar hasta las Encañizadas del Ventorrillo y La Torre. La primera, sin concesión otorgada y, por tanto, sin mantenimiento, y la de La Torre, con concesión otorgada a Albaladejo, quien invierte en su mantenimiento, siendo un ejemplo de explotación.

Se han estudiado 4.676 metros en la zona de playa; el Tramo I antes del puerto deportivo construido en 1960 de 1.370 metros; el Tramo II, que va a continuación del dique de reflexión de puerto, de 1.212 metros; el Tramo III, de 1.223 metros, y por fin, el Tramo IV de 871 metros.

Evolución de la línea de costa desde 1945 hasta 2016 por tramos de playa:

El Tramo I de 1.370 metros que ocupa el paraje o playa, de Barraca Quemada o Torre Derribada, antes del puerto deportivo, ha experimentado desde la construcción del mismo un incremento de 90,50 metros de la línea de playa.

Esto se ha debido a la acumulación de las arenas que de Norte a Sur van migrando paralelas a la costa al chocar con el puerto. Se había censado un volumen de las mismas superior a los 200.000 metros cúbicos y contemplado la posibilidad de que, mediante un by-pass podían ser extraídas y depositadas en la Playa de La Llana, ante una eventual urgencia por pérdida de éstas por temporales, siendo una solución provisional, para evitar la intromisión del Mar Mediterráneo en el Paraje Natural de las Salinas de San Pedro. Por lo que es imprescindible el estudio de la solución a las pérdidas de playa en La Llana, contratado y en ejecución en mi época de Jefe de la Demarcación de Costas, de modo que imagino que ya estará terminado y a la espera de salir a concurso su obra.

En el Tramo II, a continuación del puerto deportivo y en un espacio de 1.212 metros puede constatarse la desaparición de una franja de playa de 96,40 metros entre 1945 y 2016.

Los de más edad recordarán la existencia de un puesto de salvamento de playa que estaba, como todos, a unos 30 metros o más del agua en playa seca y que tuve que quitar, por el peligro que representaba, al estar unos veinte metros agua adentro y por oxidación, con peligro de derrumbarse, atrapando a algún bañista. Este es el tramo llamado propiamente La Llana.

El Tramo III, con una longitud de 1.223 metros a continuación del Tramo II, tiene una pérdida constatada de más de 40 metros prácticamente en toda la longitud de playa.

Y, finalmente, en el Tramo IV, a continuación del III, pasa en 871 metros de tener una pérdida de 20 metros de playa en su primera mitad a una ganancia o incremento de 15 metros en su segunda mitad, siendo la ganancia mayor a medida de su acercamiento a la zona de las Encañizadas.

Así, a grandes rasgos, puede decirse que la playa de Torre Derribada ha tenido una ganancia de casi 100 metros, y la playa de La Llana una pérdida de arena de casi 100 metros.

En el Tramo II se observa una zona de acumulación de sedimento perpendicular a la línea de playa. Esta parte de sedimento se ha desplazado perpendicular a la costa, como he citado, mar adentro, acumulándose a unos 200-300 metros de la playa.

Y otra parte importante del mismo se ha desplazado paralelamente a la playa, acumulándose en las Encañizadas.

No se ha calculado hasta hoy la arena depositada en las Encañizadas del Ventorrillo y de la Torre. En el año 2016, se censó en unos 60.000 metros cúbicos la arena depositada en ese año en la Gola de Marchamalo, y unos 15.000 metros cúbicos en la Gola del Estacio, y eso en ambos tras los frecuentes dragados llevados a cabo desde la dirección del Puerto Tomás Maestre, el segundo para evitar el soterramiento por la acumulación de arena. En cuanto al volumen de arenas depositadas perpendicularmente en el Tramo II, se evalúa en torno a los 100.000 metros cúbicos los depositados en toda la franja costera, sobre la mata muerta (tipo sándwich), en una longitud de 1.800 metros de costa desde el contradique del puerto.

Siguiendo la evolución del aterramiento de las Encañizadas, puede observarse que se inicia a partir del año 1981, siendo ya muy marcado en 2002 y prácticamente cerrado en 2017 ; la profundidad de las mismas en ese año es de 1,03 metros.

Por el contrario, la evolución de la zona dunar, que constituye Las Salinas ha ido decreciendo como puede observarse en las Ortofotos de 1957 y 2016.

En cuanto a la caracterización de la playa, a los efectos de implementar diques para evitar la pérdida continuada de la playa de La Llana y la consiguiente destrucción del paraje natural de Las Salinas de San Pedro, se procedió a hacer una cartografía bionómica, que reflejaba una biocenosis sumergida siguiente, desde la zona de playa en perpendicular mar adentro en ese tramo de 1.800 metros de la costa:

  • 38 kilómetros cuadrados de arenas finas infralitorales bien calibradas.
  • 0,98 kilómetros cuadrados de mata muerta de posidonia oceánica con recubrimientos de caulerpa prolífera.
  • 0,83 kilómetros cuadrados de praderas de posidonia oceánica. Con una zona dispersa de manera puntual de Cymodocea Nodosa.

En cuanto a la Biocenosis Emergida:

Se procedió a hacer una Cartografía Bionómica, de la zona dunar e inmediaciones de la Playa de la Llana, observando desde la zona de playa hacia el interior una vegetación anual sobre desechos marinos acumulados, pastizales salinos mediterráneos, matorrales halófilos mediterráneos y termoatlánticos, estepas salinas mediterráneas, matorrales halonitrófilos y, por fin, dunas móviles embrionarias, observándose especies invasoras tales como el crespinillo, pitas y chumbera retorcida.

Tras la observación y antecedentes cabe acometer el

DIAGNÓSTICO.

Uno de los causantes y no pequeño, de los problemas del Mar Menor es sin duda la construcción del Puerto Deportivo de San Pedro del Pinatar y su dique de reflexión.

Los vientos del Este, que es uno de los vientos dominantes junto con los del ENE, ocasionan la erosión de las playas de La Llana por el impacto en el Dique de Reflexión (habría, bajo mi punto de vista, estudiar hacerlo mas tendido, y un dique transversal al mismo, si bien las diversas soluciones teóricas propuestas, debieran de ser probadas en un laboratorio hidráulico contrastado, dada la especial trascendencia de la solución definitiva adoptada), que provoca como anteriormente se ha dicho un transporte vertical y horizontal de las arenas de las Playas de la Llana, que en el último caso provocan el aterramiento de las golas situadas al sur de La Llana (Encañizadas del Ventorrillo, La Torre, el Estacio, y Marchamalo).

La ola que rompe lejos de la costa no erosiona; por ello deben instalarse unos diques artificiales en línea con los 'sculls' o diques naturales ubicados más al sur y que desde tiempo inmemorial evitan la erosión del último tramo de la Playa de La Llana.

Los temporales de mayor intensidad no son los que más daño causan. Los vientos que más erosionan son los más frecuentes y equivalen a un 10% del total.

PREVISIÓN FUTURA.

Se calcula, según datos del Instituto Hidráulico de Cantabria, una subida del nivel del mar de 0,3 centímetros/año. Con lo cual, dada la pendiente de la playa seca, va a originar aproximadamente una regresión de 1,20 metros de playa anual por pérdida de arena en las zonas más afectadas si no se toman medidas (Fuente: Estudio de alternativas de actuación en La Manga de Mar Menor, del IH de Cantabria, capítulo 6).

Y ahí lo grave y por eso denuncio en el artículo:

Las tendencias erosivas unidas al cambio climático, si no se solucionan, permiten ESTIMAR UNA VIDA ÚTIL DEL PRIMER TRAMO DE LA LLANA EN QUINCE AÑOS. Esto, si no se actúa.

Por ello se recomienda actuar en los primeros 1.800 metros de la playa, que es la zona más dañada y la única no protegida por los 'sculls' o arrecifes naturales. A falta de actuaciones en el mar, únicamente sirve como alternativa un relleno artificial que, como se ha dicho, sirve sólo provisionalmente y provoca el aterramiento de las golas a medio plazo, lo que, como veremos, es la muerte del Mar Menor a la larga.

SOLUCIÓN PROPUESTA.

ALTERNATIVA 1.

Supone la construcción de unos diques de escollera artificiales, emplazados a 200 metros de la línea de costa. Fuera de la zona navegable y sin afectar la posidonia. Tendrían una longitud de 200 metros cada cordón y un peso de escollera de entre dos y tres toneladas, además de un relleno proyectado estabilizado en playa seca de unos 40 ml. de amplitud. Los diques serían rebasables de escollera, colocados hasta la cota cero desde el pie del talud de playa con profundidades de entre dos y tres metros.

ALTERNATIVA 2.

Ya probada por la Demarcación de Costas de Valencia recientemente, sustituye los diques de escollera tras la zona de mata muerta, caulerpa prolifera y posidonia, sin afectar a ésta en absoluto, por figuras geométricas de hormigón que hacen la función de la escollera.

ALTERNATIVA 3.

Obras a base de diques o contemplando ambas.

En cualquier caso, la protección de la playa de La Llana, y con ello evitar la intromisión del Mar Mediterráneo en Las Salinas es una cuestión prioritaria y de interés general. Estabilizar esa playa es fundamental para evitar la colmatación de las Encañizadas y, en consecuencia, la función de las mismas en la supervivencia del Mar Menor.

Debe procederse a estabilizar la pérdida de la playa de La Llana por las consecuencias catastróficas en el paraje natural de las Salinas de San Pedro.

Una vez eliminada la posibilidad de pérdida de la playa, hacer un trasvase de arenas desde Torre Derribada a La Llana y dejar esta playa como siempre fue.

Este trasvase nunca se podrá hacer antes de la estabilización de la playa, pues como se ha dicho, con el tiempo, esta aportación de arena se depositaría en las Encañizadas, cegando éstas por colmatación, lo que supone en estas condiciones actuales del Mar Menor eliminar la posibilidad de la solución a corto plazo de las pésimas condiciones del mismo o retrasar en años su solución.