Tras cerca de sesenta años de existencia de la Unión Sindical Obrera (USO), algo menos en Murcia, se edita el libro que hace referencia a la historia de esta organización en esta región, por parte de Manuel Zaguirre, que fue secretario general de este sindicato a nivel estatal, y Pepe Sáez, secretario general actual de USO Murcia. No suele ser frecuente que se editen libros sobre el sindicalismo en nuestro país, de hecho este es autoeditado. La historia sindical, su contribución a las libertades y a la políticas de cohesión social es una gran desconocida, sobre todo por las nuevas generaciones.

El sindicalismo, a pesar de una permanente e interesada publicitada crisis, compone organizaciones con más afiliación, toda voluntaria y pagando cuota, que partidos y ONGs. Ese sería un motivo para que se estudiara y que sus opiniones orgánicas tuvieran más cabida en los medios de comunicación, si estos trascendieran a los intereses del sector empresarial en que suelen estar ubicados.

El libro de Sáez y Zaguirre es un libro de trabajadores, amateur, que cuenta en primera persona, ellos con testimonios de de otros sindicalistas que han forjado los inicios de USO en Murcia, cómo han sido los avatares de la historia de esta organización, sin eludir los meandros de cómo nace la USO en Murcia, las aspiraciones de construir un sindicalismo autónomo, no ligado a un partido (estamos hablando de los años 60, en plena fortaleza y represión de la dictadura franquista y donde hay por parte de vanguardias opositoras y el PCE un esquema partido/sindicato explícita).

Muchos de los sindicalistas de USO, pero también de otras organizaciones, llegaron a la militancia sindical como un paso natural tras su paso por las juventudes o las Hermandades Obreras de Acción Católica, lugares donde se trataban los problemas sociales y laborales, y que fueron un semillero de militantes para las formaciones opositoras al franquismo. La explotación a los trabajadores, la represión y falta de libertad, las necesidades de los trabajadores no cubiertas (vivienda y barrios sin servicios), la solidaridad era el caldo de cultivo de esos sindicalistas, que ya eran de otra generación a la que había pasado la guerra y la posguerra. No tenían referentes, no existían las organizaciones obreras que habían conformado la España de los años 30. La Carta Fundacional, donde se hablaba de nuevos tiempos, de ser protagonistas y hacedores de su propia organización, no dependientes de una vanguardia exterior, reivindicando la autogestión, era el elemento aglutinador.

La penetración en el aparato sindical vertical, el trabajo de extensión sindical sectorial y geográficamente, permite el crecimiento de USO por muchas localidades de Murcia. Eso facilita tener una dimensión que los autores califican como relativamente mayoritaria y, en todo caso, tratar de tú a tú a las Comisiones Obreras y ser la envidia de una UGT que empezaba a ser valorada mediáticamente y promocionada desde muchos ámbitos, sin obviar el recuerdo histórico de tan relevante sigla. La lucha por la hegemonía de la izquierda se traduce en la imposibilidad de una unidad sindical, aunque sea al estilo italiano. La legalización de los sindicatos se hace en esa transición donde se les esquilma el patrimonio sindical. Esta es una intrahistoria del movimiento sindical español no muy divulgada y el libro se detiene en ella. Varios de los dirigentes de USO que reivindicaban la trayectoria independiente de la organización, pero reclamándose socialistas, tras el triunfo del PSOE pasan de defender la autonomía a entender que se debe formar parte de una UGT que es el brazo sindical del PSOE. Poco tiempo después, otra parte de USO se va a CC OO, entendiendo que deja de ser autónoma y que va a caer en manos de UCD. Todo esto en medio de elecciones sindicales donde se vuelcan recursos e intereses con escaso control.

El libro recoge las dificultades de mantener la autonomía frente a unos y otros, incluso frente a unos Gobiernos de mayoría absoluta que absolutamente querían destinar recursos públicos exclusivamente a los sindicatos mayoritarios. Las organizaciones son más que sus dirigentes, pero no se pueden explicar aquellas sin conocer el carácter y entrega, también sus errores. Pepe Sáez y los testimonios recogen el porqué de ser sindicalista, una voluntad de hacer y de estar, al servicio de los trabajadores.

El libro no solo es para los adscritos a ese sindicato. Es un fresco para conocer parcialmente la historia de los de abajo de Murcia. Para conocer la solidaridad y los valores de defensa entre trabajadores y trabajadoras que es mucho más que donde se afilian. Y, en todo caso, un libro que nos vuelve al pasado para ilustrar como construir el futuro.